El autónomo puede pasar por situaciones a lo largo de su vida que afecten a su salud física e impidan que pueda desarrollar su trabajo, ya sea de forma temporal o incluso permanente. Son lo que se conoce como incapacidades laborales. Pero no todas ellas son iguales, varían en función de la causa que las origina y los efectos que tienen sobre la persona.
Hablamos de incapacidades laborales cuando alguien sufre una enfermedad o un accidente a consecuencia de los cuales se ve impedido para llevar a cabo su trabajo. Estas situaciones pueden afectar tanto a trabajadores por cuenta ajena como a trabajadores por cuenta propia, pero en esta ocasión vamos a centrarnos en las que inciden sobre el autónomo.
5La incapacidad permanente en el autónomo
Se produce cuando después de un tratamiento médico la capacidad del autónomo para trabajar se ha visto reducida de forma grave, hasta llegar al punto en el que ejercer su actividad se le vuelve muy complicado o incluso imposible.
Existen diferentes modalidades de incapacidad permanente en función de cómo sea el estado de salud del afectado, puesto que en algunos casos deberá dejar su actividad pero podrá trabajar en otra cosa, pero también habrá casos en los que tenga que dar por finalizada definitivamente su vida laboral.