Muchos han sido los sectores que han jugado un papel clave durante la crisis ocasionada por el desarrollo del Covid-19, desde los sanitarios, en toda su amplia gama, pasando por el mundo de la alimentación y distribución y, cómo no, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Junto a estos últimos, codo con codo, complementando su trabajo, ha estado la seguridad privada. Hoy, 21 de mayo, es su día, por lo que no podemos dejar la oportunidad de rendirles un homenaje por la extraordinaria labor que han venido realizando y que deben seguir ejerciendo de manera constante.
De hecho, este sector clave ha ofrecido cobertura y apoyo tanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como a los servicios sanitarios. Un papel decisivo que irá más allá, porque se antoja indispensable en lo que se ha venido a llamar como ‘nueva normalidad’.
La seguridad privada ha ofrecido cobertura y apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante la crisis
Por ejemplo, la vigilancia privada no solo colabora con la protección de personas y bienes. En esta nueva fase, y también durante la crisis, ha contribuido de manera decisiva a hacer cumplir con las medidas de higiene y salud en los establecimientos y servicios abiertos al público. Su misión era, y seguirá siendo, la de evitar el contagio y garantizar que se cumplan las normas establecidas.
Pero no solo la seguridad física ha sido imprescindible: el transportes de mercancías y bienes, las alarmas conectadas a centrales receptoras de alarmas o lo controles de acceso son solo algunos ejemplos de cómo este sector ha sido esencial para mantener la tranquilidad en los momentos más duros de la crisis.
A PLENO RENDIMIENTO
La seguridad privada, al considerarse un servicio esencial, ha seguido desarrollando su labor sin alteraciones, garantizando la continuidad de su actividad, en cualquier entorno o circunstancia. Para esta nueva fase en la que estamos entrando, su papel seguirá siendo igual de importante.
Es el caso de Securitas Direct, la compañía referente en sistemas de alarmas monitorizadas, cuya actividad ha permitido garantizar la continuidad y el servicio de establecimientos indispensables, y también han protegido aquellos negocios que han tenido que cerrar, así como las segundas residencias.
Ahí han jugado un papel relevante su alto grado de experiencia. La alta formación de sus profesionales (con gran experiencia en la atención de las personas y en la protección de estas), más el hecho de estar a la última en cuanto a tecnología se refiere, conforman un tándem perfecto. Esto, combinado con la excelente labor que realizan las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, y que ha quedado de manifiesto en estos momentos históricos que hemos vivido, pone de relieve por qué España es uno de los países más seguros del mundo.
LA SEGURIDAD PRIVADA, EN DATOS
La seguridad privada facturó 4.032 millones de euros en 2018. Son datos de la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), que aglutina al 70% del sector. Se trata de un crecimiento del 5,5% respecto al año anterior.
Por actividades, la Vigilancia alcanzó los 2.444 millones de euros; sistemas y Alarmas, 1.242 millones de euros; y Transporte de Fondos, 346 millones. Es el sector privado quien más demanda los servicios de la seguridad privada (80%); el 20% restante recae en las administraciones públicas. En este último apartado, las empresas públicas representan el 52%; la administración autonómica, el 21%; la administración estatal, el 16%; y el resto de la administración, el 11%.
Son 1.581 las empresas de seguridad privada presentes en el territorio nacional, destacando Prosegur, Securitas y Securitas Direct. Dan empleo a 84.125 profesionales, de lo que el 80% tiene contrato indefinido. Según el INE, el 84,7% de las empresas tienen menos de 50 trabajadores.