La decimotercera entrega de Tierra de Nadie se ha saldado con la salvación de Hugo Sierra, aunque su momento más álgido fue el de las duras confesiones de la madre de Adara y Ana María Aldón, que pusieron los pelos de punta a audiencia y colaboradores por igual, terminando por hacer llorar a la propia Lara Álvarez. Además, el programa anunciaba que la de este jueves será la última gala de Supervivientes desde Honduras.
Sierra, nominado junto a Elena y Jorge, fue el salvado de la semana: «Muchas gracias legión, estoy sin palabras», agradeció. Por otro lado, Jorge y Elena mostraron su tristeza ya que llevan siendo amigos desde el principio del programa, por lo que sufrirán ahora mucho tener que separar sus caminos.
El momento más duro llegaba cuando la madre de Adara Molinero, Elena Rodríguez, desvelaba un episodio traumático de su infancia. Elena explicó que, pese a que su familia la quería, su condición de disléxica acaba por poner de los nervios a su madre, que llegó a pegarle correazos para intentar corregirla. «Usaban la correa para que hiciera las cosas bien», explicó Elena, indicando que lo hacían para que fuera mejor en los estudios.
1EL ‘SUPERVIVIENTES’ MÁS TRISTE
«Cada correazo que me daban hacía que me sintiera más pequeña», confesaba Rodríguez, señalando este como el motivo detrás de su pesimismo actual.
La historia de Elena fue demasiado para Lara Álvarez, que acabó entre lágrimas mientras intentaba consolarla: «Perdonad. Es muy duro lo que has contado. No tenía ni idea, ¡Dios mío!», dijo la presentadora de Supervivientes en Honduras. Álvarez terminaría abrazando a Elena, mientras Carlos Sobera decía desde plató: «Ese abrazo es de toda España».