La alergia se produce cuando nuestro sistema inmunológico se activa para defender al organismo de un agente que interpreta como dañino pero que, por lo general, no provoca reacción en la mayoría de la gente. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 400 millones de personas sufren alergia estacional y las cifras aumentan cada año. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), en nuestro país alcanzamos los 8 millones. Quienes padecen este problema, lejos de alegrarse por la llegada de la primavera, pasan por estos meses sufriendo síntomas incómodos como estornudos, ojos rojos, secreción nasal, irritación de garganta o cansancio, entre otros. No se trata de una enfermedad grave que pueda poner la vida en riesgo, pero sí puede afectar muy negativamente a la calidad de vida. Lamentablemente hay que vivir con la alergia, pero podemos seguir algunas pautas para prevenir un brote o al menos mantener un poco controlados los síntomas. Estos son algunos trucos que pueden servir de ayuda.
1CONTROLAR LAS SALIDAS
Existen páginas web y aplicaciones donde podemos consultar la concentración de polen diaria, algo que puede ser muy útil para planificar un poco nuestra jornada. Los días en los que los niveles sean más altos o cuando sople el viento, debemos procurar no salir de casa, si nos es posible. Esto incluye evita salir al campo o hacer deporte intenso en el exterior, que podría dar lugar a episodios de asma. En cualquier caso, en algunas horas la acumulación de polen es mayor que en otras, por ejemplo entre las 5 y las 10 de la mañana y las 7 y las 10 de la noche. En estas dos franjas horarias, deberíamos evitar hacer actividades al aire libre o al menos reducirlas, y en casa, mantener las ventanas cerradas.