Los efectos de la crisis provocada por el coronavirus se han hecho notar desde que hace dos meses llegara como un tsunami a nuestras vidas. Pero todavía queda lo peor. La industria del turismo va a ser la peor parada. La gente tiene miedo a volar y, en muchos casos, dan por perdidas las vacaciones de este año. Una ecuación fatal.
Así se descubre en el informe ‘Deconstruyendo al consumidor’, elaborado por EY-Parthenon, la división de consultoría estratégica de EY (antes Ernst & Young) que analiza el comportamiento actual y futuro de los consumidores de nuestro país. El turismo, la hostelería y el ocio pende de un hilo. Bien es cierto que la encuesta se llevó a cabo entre los días 15-17 de abril, en plena pandemia, cuando la situación era si cabe más inestable que ahora.
Bajo ese contexto, el 86% de los encuestamos asume que no volverá a volar hasta que la situación sanitaria esté contralada. Algo que por el momento se desconoce. Y si a esto se suma que el 83% no tiene previsto ir a un hotel tampoco hasta que no revierta el escenario sanitario, queda claro que los temores de los consumidores son mayúsculos.
Pero esto no es algo que solo afecte al turismo. En líneas generales, el estudio desvela que todo lo relacionado con el ocio y la hostelería se verá fuertemente impactado.
CAMBIOS MÁS ALLÁ DEL GASTO
El covid-19 no solo cambiará la decisión de viajar o de planificar las vacaciones, sino también la preferencia del consumidor por algunos aspectos. En este sentido, siete de cada diez españoles estarán dispuestos a pagar más por tener flexibilidad en condiciones de cancelación y cambios de sus viajes, si bien hay división de opiniones en relación con el pago extra por otros servicios como fasttrack o asientos con más espacio. Los más predispuestos a este gasto extra son los jóvenes y las clases acomodadas. A nivel profesional, casi la mitad de quienes viajan hoy por trabajo creen que los desplazamientos por motivos laborales se reducirán y serán sustituidos por videoconferencias.
Pagar más por tener flexibilidad es algo que valoran muy positivamente gallegos (20%) y vascos (19%) quienes se declaran favorables a este incremento de coste. Aunque también son los vascos (34%) quienes se sitúan en el otro extremo de negarse a un pago extra por obtener condiciones más favorables en cancelaciones y cambios de sus viajes, junto con el 38% de los castellanomanchegos y un 34% de los catalanes.
La existencia de una vacuna será clave para la recuperación y normalización del sector:el 36% no volverá a volar, el 27% no cogerá un tren y el 23% no alquilará una habitación de hotel hasta que no se encuentre. Sin embargo, el 14%, el 22% y el 7%, respectivamente, afirman que recuperarán la normalidad en relación a estas actividades en cuanto termine el confinamiento.
David Samu, socio responsable de EY-Parthenon explica que “a diferencia de las crisis económicas más recientes y pese a sufrir un impacto claro, este sector nunca había afrontado variaciones significativas superiores a las del PIB español como se prevé ahora con la crisis del covid-19. Los tres subsectores reaccionarán de forma similar en los próximos meses, aunque es la restauración la que se recuperará con mayor rapidez por su menor dependencia del turismo internacional. Esta crisis – continua- plantea un reto sin precedentes que afecta al conjunto de la sociedad, al que es necesario hacer frente en tres fases: respuesta inmediata, reinicio de la actividad y adaptación a la nueva normalidad”.