Se suele tener la falsa idea de que una mujer no sabe qué tipo de pareja quiere. Realmente, esto no se puede decir que sea cien por cien exacto para todas las féminas. Cuando hablo de pareja, no es exclusivo de la que forman un hombre y una mujer; las mujeres pueden encontrar las cualidades que necesitan en otra mujer y enamorarse locamente de ella.
Para satisfacer a una mujer en requisitos no hay que volverse «demasiado loco», quitando el físico, que eso suele importar más cuanta menos edad se tiene. Con los años vas aprendiendo que el refrán que tanto te decían cuando niña es totalmente cierto: “Con lo bonito no se come”. No se trata de que nadie te tenga que mantener, ni mucho menos. Toda persona sin ninguna traba física ni mental es capaz de valerse por sí solo, y hay quien teniéndolas también lo hacen.
Lo cierto es que, cuando tu cabeza se centra y llegas a la madurez, tus necesidades van variando en cuestión de aspectos a cumplimentar por tu pareja. También es verdad que, con el paso de los años, y de los fracasos sentimentales, te vas forjando una pequeña coraza sin darte cuenta que, con cada diminuta capa, tu corazón va siendo más infranqueable.
No obstante, no es tan complicado llegar al corazón de cualquier mujer, por muy fría y distante que se muestre. Tan solo hay que saber observar y ahondar en su interior.
Una mujer fuerte necesita un hombre fuerte
Una mujer fuerte necesita una pareja fuerte, por muy independiente que sea. Los mejores caballeros requieren apoyarse en su espada en algún momento de la batalla para poder continuar luchando. En el caso de las mujeres, sucede exactamente lo mismo.
Cuando una mujer demuestra autosuficiencia, dureza y carácter se la tacha de independiente o de bruta. Estamos en una época en la que esos términos deberían haber quedado obsoletos, pero por desgracia se siguen usando.
Por muy fuerte que seas, si tu pareja está en los momentos malos es capaz de ser resolutiva. Cuando tú te ves superada o las circunstancias te bloquean, una de las corazas se irá fundiendo. No se trata de que la pareja sea capaz de abrirte el tarro de la mahonesa, para eso están las puntas de los cuchillos. Más vale maña que fuerza. Consiste en servirte de apoyo más moral y psicológico que físico.
Una mujer, aunque sea capaz de luchar contra gigantes, necesita que alguien le diga alguna vez: “No te preocupes, estoy aquí. Lo haremos juntos”.
Sinceridad
Las mujeres no son adivinas por mucho que la historia las haya tachado a muchas de brujas y quemado en la hoguera durante años. Una mujer es inteligente y observadora, puede que más que los hombres, y reparan en pequeños detalles que ellos pasan por alto.
En una pareja, otra de las cosas primordiales es la sinceridad. Es necesario hablar y decir cómo te encuentras o qué te sienta mal. Desahogarse y llorar no es de cobardes, es un signo de haber aguantado demasiado.
Si necesitas salir y despejarte, no mientas, dilo. Si quieres tener sexo, no te enfurruñes, cuéntaselo, o mejor aún, sorpréndela haciendo algo distinto que no sea lo típico de bajarle las bragas, metérsela dos minutos, tener un orgasmo y darte la vuelta para ponerte a roncar.
Sensibilidad y empatía
El punto anterior nos lleva hasta estos dos. Una pareja debería ponerse siempre en el lugar del otro. Si no te gusta que te hagan algo, no deberías de hacerlo tú primero. Las mujeres no somos frágiles, no nos rompemos tan fácilmente. Aunque muchos hombres piensen lo contrario, a nosotras también nos gusta que el único numerito que nos monten sea el 69.
Es necesario que una pareja comprenda tus momentos, tus enfados, tus risas y tus llantos. Seguro que todos pasamos por altibajos anímicos a lo largo de nuestra vida, indiferentemente del sexo que tengas. Lo más bonito que existe en una pareja es mirarse y comprender qué quiere decir el otro sin necesidad de palabras.
Pasión en la pareja
La pasión es algo que va en sentido bidireccional. Una pareja debería querer rozarte y acariciarte o besarte por el simple hecho de hacerlo. Las mujeres buscamos a alguien que nos coma con la mirada, y no que nos diga que tenemos kilos de más o que otra estría está tatuada en nuestra piel.
Una mujer conoce de sobra sus defectos, el caso es que la pareja la ame tanto y sienta tal pasión por ella que esas cosas físicas le resulten insignificantes en el momento de besarla o de hacer el amor con ella.
Complicidad con tu pareja
La complicidad es algo que no solo sirve para ganar las partidas de Trivial. Una pareja debería apoyar a su mujer en las cosas que la apasionen y no tirarle por tierra sus ganas de luchar.
Es normal que tu pareja no sea un calco en lo que a gustos se refiere. No obstante, el apoyarse mutuamente y ser feliz con tan solo ver cómo se le ilumina el rostro mientras hace algo que le apasiona es cien veces más gratificante que hacer lo que tú quieras en modo imposición.
Aceptación
Un grave problema en las personas es que, cuando conocen a su pareja, son de una forma, con unas manías y un carácter. Con el paso del tiempo, esas cosas que la hacían especial van dejando de gustarte e intentas cambiarla.
Cuando te has enamorado de alguien siendo de una forma no deberías querer hacerla a tu imagen y semejanza. No somos de arcilla. Es importante que se limen asperezas para poder tener una convivencia armónica. Sin embargo, una cosa es limar y otra esculpir.
Una pareja alegre
Siempre hay momentos en los que se debe guardar la compostura. Sin embargo, también es necesario la risa en el día a día. Tener al sargento semanal como pareja no hará que las cosas vayan en modo militarizado.
Una pareja debería compartir los mismos instantes de sexo que de carcajadas cuando están juntos. Una mujer no pide mucho.
Si te resumo todo esto para que lo apuntes de forma breve, se quedaría en que una mujer necesita una persona que la entienda, la valore, la quiera y la haga sonreír.
