La crisis generada por el nuevo coronavirus ha puesto de manifiesto la brecha digital que afecta fundamentalmente a los más mayores, ya que las estadísticas revelan que un 69,3% de las personas de entre 75 y 84 años no ha entrado nunca a Internet, una cifra que asciende al 87,8% en los mayores de 85 años.
Con el estado de alarma vigente hay personas que viven un doble confinamiento: por un lado, no poder salir de casa y, por el otro, no poderse conectar con sus familiares, amigos o abrirse al mundo porque no están familiarizados con las tecnologías.
Se trata de un doble aislamiento que padecen, sobre todo, las personas mayores, según un estudio elaborado por el profesor de Derecho Constitucional en la especialidad de Derecho a la Información de la Universidad CEU San Pablo Leopoldo Abad.
El informe ‘La brecha digital generacional: alfabetización digital para la e-inclusión de los mayores’ constata la falta de conocimiento, en especial, de los más mayores y considera imperativo el establecimiento de políticas para su alfabetización digital.
En este sentido, destaca los programas de la Fundación ‘la Caixa’ y Canal Senior en beneficio de la ‘e-inclusión’ de los mayores como ejemplos de buenas prácticas.
Indica que un 63,3% de los españoles entre 65 y 74 años han utilizado Internet en el último mes, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Las cifras demuestran que es a partir de los 74 años donde «encontramos la verdadera brecha digital».
El informe remarca que un 69,3% de las personas de entre 75 y 84 años no ha entrado nunca a Internet, una cifra que asciende al 87,8% en los mayores de 85 años. Este desconocimiento digital hace «extremadamente complicado estar conectados en circunstancias tan excepcionales como las que estamos viviendo».
“La crisis del Covid-19 ha concienciado a la sociedad de la situación de desamparo digital que se encuentran los mayores, no solo a las propias personas mayores sino también el resto de la familia, que se ha dado cuenta de lo importante que es que sus mayores estén conectados”, considera Leopoldo Abad, autor del estudio. Abad constata que si estar en contacto digital con la familia es difícil, aún lo son más actividades que requieren más conocimientos de internet, como hacer la compra online.
BUENAS PRÁCTICAS
El estudio destaca que las administraciones han focalizado sus esfuerzos en la extensión de las infraestructuras digitales más que en el conocimiento por parte de toda la población. En este contexto, pone algunos ejemplos de buenas prácticas de ‘e-inclusión’ para los mayores entre los cuales destacan la asociación Canal Senior o la Fundación ‘la Caixa’, que lleva más de dos décadas formando a las personas mayores en la utilización de la tecnología de la comunicación de forma pionera.
Con el objetivo de fomentar el envejecimiento activo, ofrecen cursos en diversas áreas con enfoques eminentemente prácticos para ayudar a hacer la compra online, hacer trámites administrativos digitales o pedir servicios por internet.
La evaluación constante de los cursos, que estos sean impartidos por personas que los han hecho previamente y que sirvan para que los participantes se den cuenta que no están al margen de la sociedad en las nuevas tecnologías, son algunas de las características fundamentales que recalca Abad.
Los programas de la Fundación ‘la Caixa’ para personas mayores han llegado a más de 800.000 personas. Una de ellas es Magda Ruiz, alumna de los cursos de Internet, entre otros. “La ventana del ordenador me ha servido para pasar mejor estos días de confinamiento, gracias a los cursos de informática de ‘la Caixa’ para gente mayor he podido hablar con mis nietos, hacer llamadas a gente que estaba sola, mantener abiertos talleres de poesía, de canto…Tengo mucha suerte de haber podido aprender las nuevas tecnologías”.
Otra de las iniciativas destacadas en el estudio es Canal Senior, una asociación nacional cuyo objetivo es promover el aprendizaje continuo de la ciudadanía, mediante la innovación y las nuevas tecnologías, con foco en los séniores y en el entorno rural. Canal Senior elabora tutoriales para iniciar a las personas mayores en trámites electrónicos y ofimática.
Se trata de iniciativas indispensables, según Abad, y más teniendo en cuenta que la crisis del coronavirus está encaminando a la sociedad hacia la digitalización. “Por causas de fuerza mayor, nos estamos volviendo más digitales: clases online, estamos haciendo cosas digitalmente que antes no nos habíamos planteado, etc… Todo ello provocará un cambio en la forma de relacionarnos”, sostiene Abad y alerta: “Comportará aún una mayor digitalización de la sociedad, por lo que los mayores se verán más abocados a la exclusión digital”.
EMPODERAR A LOS MAYORES
Las nuevas tecnologías, apunta el informe, contribuyen a un envejecimiento activo y empoderan a las personas mayores en distintos ámbitos, ya que favorecen y son un medio para mejorar su vida social y evitar el aislamiento; permiten tener al alcance todos los trámites y servicios; fomentan la participación de estas personas en la vida púbica; y, por último, tienen efectos beneficiosos sobre su autoestima.
En el ámbito internacional, el informe remarca la iniciativa financiada por la Comisión Europea ‘Granparents and grandsons’ consistente en que jóvenes estudiantes asisten a mayores de 55 años guiándolos en el uso de internet y del correo electrónico; y la labor de la ONG canadiense Cyber-Seniors, comprometida con mantener a las personas mayores conectados socialmente mientras permanecen en sus hogares.