Al volver a casa después de hacer la compra en el supermercado, lo primero que hacemos es meter todos los alimentos en la nevera. Cuando se trata de alimentos perecederos está muy bien, pero no todo lo que compras debe guardarse en frío. Alimentos como la miel, las cebollas o las patatas nunca deberían ir al frigorífico, y hay una razón de peso para ello.
El frío no siempre es bueno para todos los productos, esto no quiere decir que de ninguna manera puedas guardar las patatas en tu nevera. Primero, has de saber qué pasa en este alimento cuando lo guardas en frío, y después, las formas en las que puedes almacenarlo en casa.
3Cuando están peladas
Este caso es la excepción con respecto al frigorífico. Si has pelado patatas de más y te han sobrado, o simplemente las has querido dejar peladas para darles uso más tarde, es necesario guardarlas en el frigorífico, pero hay que saber cómo. Si lo haces sin más, se van a oxidar, tomando un color nada agradable a la vista.
Por lo tanto, la forma adecuada de guardar estos tubérculos ya pelados es metiéndolos en un recipiente con agua fría, añade unas gotas de limón y tapa con un plástico transparente para ayudar a su conservación.