La jubilación implica dejar la vida laboral activa y pasar a cobrar una pensión pública cuya cuantía deriva directamente de lo que se haya cotizado en los últimos años. Para la mayoría de las personas retirarse del trabajo supone un cambio radical de vida que esperan con ansia para poder disfrutar al fin de más tiempo libre. Pero en el caso de los autónomos la cosa es un poco más complicada.
Como acabamos de señalar, la cuantía de la pensión está ligada a la cotización, y la inmensa mayoría de los autónomos españoles cotizan por la cuota más baja, lo que implica que en el momento de jubilarse la pensión que van a recibir es también reducida. Sin embargo, esto se puede solucionar si se cotiza más durante los últimos años de trabajo.
5Las condiciones de la jubilación cambian cada año
Estos límites que hemos visto en cuanto al aumento de la base de cotización se van modificando año tras año. En la actualidad siguen en vigor los de 2019, pero es previsible que en los próximos meses se modifiquen. Lo que parece claro es que a partir de los 47 años el autónomo lo tiene más complicado para aumentar su base de cotización todo lo que le gustaría para tener en el futuro una pensión mejor.
Si trabajas por cuenta propia y te acercas a los 40 o ya los has cumplido puede ser buena idea que vayas planificando tu jubilación y evalúes si puedes asumir una subida en tu cotización mensual. Si puedes asumir ese coste extra es aconsejable que lo hagas, puesto que te vendrá muy bien de cara al futuro.