El Pleno del Congreso ha convalidado este miércoles el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 21 de abril, con medidas económicas para afrontar la crisis derivada por la pandemia del coronavirus, entre ellas cambios en los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades y en el IVA a productos sanitarios, si bien la Cámara Baja podrá proponer cambios.
Y es que, tras convalidar el decreto ley, la Cámara Baja ha aprobado, sin ningún rechazo, la tramitación del decreto como proyecto de ley, abriendo la puerta a que los grupos presenten enmiendas con las que modificar las medidas aprobadas.
Para sacar adelante la convalidación del decreto ley, el Gobierno solo se ha encontrado con la oposición de los diputados de Vox, mientras que PP, EH-Bildu, la CUP y el BNG se han abstenido. Han apoyado el decreto, además de PSOE y Unidas Podemos, Esquerra Republicana, Ciudadanos, Junts, PNV, Coalición Canaria, UPN y PRC
El impacto económico global de esas medidas fiscales y laborales se cifra en 2.425 millones de euros, en su mayor parte por los 2.122 millones que dejarán de recaudarse por esos cambios en Sociedades y el IVA sanitario.
En vigor desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la Constitución exige que en el plazo de un mes los decretos leyes deban ser debatidos y votados en el Congreso para decidir si se convalidan o se derogan. En todo caso, el Pleno tiene la opción de tramitarlos como proyecto de ley, lo que abriría la puerta a modificar su redacción vía enmiendas.
LA OPOSICIÓN BUSCARÁ AMPLIAR LAS MEDIDAS
El PP ha justificado su abstención, a través de su diputado Miguel Ángel Paniagua, para que «conste el desacuerdo» con «la forma de legislar» del Gobierno y la insuficiencia de medidas fiscales y de arrendamiento adoptadas, destacando eso sí que su abstención no pone en riesgo la continuidad de los cambios legales aprobados.
Eso sí, ha manifestado sus dudas respecto al traspaso de la gestión de las pensiones de funcionarios civiles y militares al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, algo que cree que debería haberse hecho en una «tramitación ordinaria». Esta razón es la que Vox ha esgrimido para mostrar su oposición, e incluso asegurar que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional.
ERC, Cs y Junts también han lamentado la insuficiencia de las medidas, proponiendo ir más allá en medidas como las cancelaciones en alojamientos turísticos, aplazamiento de impuestos, cobertura a autónomos o la suspensión de arrendamientos.
Ferrán Bel, de Junts, ha subrayado su «disposición al acuerdo» pero ha advertido a la ministra que su «capacidad para asumir los contratos de adhesión se está agotando». «Esperemos que nuestra predisposición no la desaproveche», ha apostillado
«JUEGAN AL MUS A PEQUEÑAS, Y JUGAR A PEQUEÑAS ES PERDER SIEMPRE»
EH-Bildu, las CUP y BNG han cuestionado también la insuficiencia de las medidas, pero criticando la falta de ambición para desplazar los costes de la crisis hacia las empresas más grandes. Néstor Rego, del BNG, ha invitado al Gobierno a buscar los recursos en «quien más tiene», y tanto EH-Bildu como las CUP han aludido a los millonarios beneficios anunciados por varias empresas estas semanas de crisis. No se trata de que no repartan dividendos en época de crisis, sino que no tengan beneficios para que ese beneficio sea inversión social», ha dicho Albert Botran (CUP).
Oskar Matute, de Bildu, ha puesto en entredicho las facilidades para fraccionar los impuestos cuando hay empresas, como Repsol, que han avanzado su intención de priorizar el reparto de dividendos, o que no se puedan suspender pagos de facturas energéticas cuando Iberdrola, por ejemplo, ha cerrado con 3.400 millones de ganancias. «Nos da la sensación que, aun con buenas intenciones, está jugando al mus, y a pequeñas. Y cuando uno apura fases decisivas, jugar a pequeñas es perder siempre», ha dicho.
El portavoz económico de Unidas Podemos, Txema Guijarro, ha lamentado la «esquizofrénica» de algunas críticas de la oposición, que lamentan que el Gobierno no escucha, pero luego si cambia es porque improvisa, por lo que ha pedido «coherencia en la crítica». «Si le das por un lado, luego no puedes darle por otro», ha dicho