Uno de los grandes retos que deben asumir los autónomos es ser capaces de atraer el talento hacia su negocio y retenerlo. Esto es complicado porque un profesional nunca va a poder pagar tanto como una empresa, y las posibilidades de promoción dentro de su negocio siempre son menores. Aún así, si se usa el salario emocional es muy posible conseguir empleados comprometidos y bien capacitados.
Aunque todo el mundo trabaja para ganar dinero, lo cierto es que este no es el único motivo para hacerlo. Por tanto, el dinero no puede ser la única motivación que mueva a los empleados. Cómo nos hace sentirnos nuestro trabajo y lo que nos aporta a nivel profesional y personal son también aspectos vitales para que sigamos desarrollándolo.
1¿Qué es el salario emocional?
Se conoce con este nombre a todas aquellas retribuciones que obtiene un empleado de su empleador y que incluso no teniendo carácter económico influyen de forma directa sobre su bienestar y su calidad de vida. Dado que nos pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando, a todos nos interesa que ese tiempo sea lo más agradable posible.
Lo que consigue el salario emocional es crear un vínculo más estrecho entre empleado y empleador. Que el trabajador se sienta valorado y feliz con lo que hace. De esta forma, estará menos tentado a marcharse con la competencia si esta le ofrece un sueldo más alto que el que está cobrando ahora mismo.