El cantante de trap y música urbana Kidd Keo estrenó este lunes la vuelta de ‘La Resistencia’ con invitados en el teatro, aunque todavía sin público. El equipo de Movistar+ reordenó el teatro Arlequín, después de haberlo puesto patas arriba durante estas últimas semanas, pero quitando todas las butacas del público. En su lugar, colocaron solo una silla en la zona, en el que se sentó un peculiar figurante que han contratado para hacer de público (aunque sea él solo).
El programa sigue con esta tónica experimental de buscar formas extrañas y cómicas de adaptarse a una situación casi ‘post-apocalíptica’ que, igualmente, no desentona con su estética inicial.
Keo le pidió al figurante que se riera de sus chistes malos, sintiéndose poco arropado al no haber público. Tras una breve conversación sobre drogas ya en el principio, David Broncano le preguntó al cantante por sus haters, al haber notado comentarios negativos tras anunciar su visita al programa. «Parecía como cuando fue Abascal a El Hormiguero», aseguró el humorista.
Hay mucha gente que no me conoce tan a fondo. Yo sé quién soy», dijo Kidd Keo. En este contexto, Keo explicó que él habla «como le da la gana» y ofreció una reflexión sobre internet: «Yo creo que es eso un poco Internet. La gente va ahí a soltar lo que sea que luego en la vida real no lo hacen».
EL KIDD KEO MÁS PROFUNDO
Lo que podía esperarse que fuese una loca conversación se convirtió en un debate filosófico: «Decir lo que piensas no sé si es una cualidad buena», argumentaba Broncano, hablando sobre hasta qué punto es compatible la sinceridad con la vida en sociedad. «Yo normalmente no me meto con nadie. El problema es que hay gente que se ofende con mis palabras», concluyó el artista.
Tras mostrar su nuevo tema, que incluye un clip en el que se ve a Keo siendo parado por la policía, el cantante explica: «Me pararon porque tengo un Mercedes dorado y tengo cara de niño», dijo, ante un Broncano algo escéptico. Volvieron a reflexionar cuando Broncano le preguntó al rapero por qué los artistas urbanos tienen esa «fijación por el dinero»: «Nacimos pobres y queremos ser ricos», opinó Keo.
