La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que este enfermedad crónica afecta a 422 millones de personas en todo el mundo, un 8,5% de la población adulta, según los últimos datos oficiales que datan del 2014. Es una dolencia que casi es una azote en el mundo occidental y que conlleva dolencias y riesgos asociados como enfermedades del corazón, derrames cerebrales, ceguera, fallo renal e incluso amputaciones. Los investigadores no paran de buscar tratamientos pero ahora las líneas de investigación pueden sufrir un vuelco al concluirse según un estudio científico que hay cinco tipos de diabetes y no dos como se daba por sentado, con lo que lo cambia todo. De esta manera se podrá afinar más en la búsqueda y personalizar mucho más los tratamientos según el tipo y el paciente.
Hasta ahora estaba la diabetes tipo 1, enfermedad autoinmune donde el cuerpo no puede producir insulina (se presenta más en la infancia), y la de tipo 2, más habitual y que aparece de adultos y por tanto asociada a una vida poco saludable. El endocrinólogo Pascual De Santis, del Baptist Heath Medical Group, reconoce que «algunos pacientes no siempre caen exactamente dentro de la categoría de diabetes tipo 1 o de diabetes tipo 2» pero va a ser de mayor utilidad para tomar las decisiones de tratamiento más adecuadas. Vamos a ver cómo queda ahora la división y cuáles son los cinco tipos.
3Grupo 3: diabetes severa por resistencia a la insulina
En estos casos ya influye mucho el índice de masa corporal, puesto que quienes lo padecen tienen normalmente sobrepeso u obesidad. Producen insulina pero el cuerpo no responde como debe a la hormona. Estos pacientes son los más propensos a sufrir dolencias renales y enfermedades hepáticas. Los investigadores han descubierto que las personas del grupo 3 responden mejor a los medicamentos para la diabetes como la metformina, que previene que el exceso de glucosa entre en la sangre.