No vamos a negarlo, las cotizaciones a la Seguridad Social son uno de los principales gastos que deben asumir los autónomos, y esto puede llegar a suponer un problema si el nivel de ingresos no es muy alto. De ahí que una gran mayoría de trabajadores por cuenta propia hayan decidido cotizar por la base mínima para ahorrar en sus gastos mensuales.
Escoger la base de cotización mínima tiene ventajas como poder disfrutar de la tarifa plana a 60 € durante 12 meses y las bonificaciones previstas para los meses posteriores y también pagar mensualmente una cuantía que está por debajo de los 300 €. Pero, a cambio, optar por este tipo de cotización también tiene una serie de inconvenientes que vamos a ver en este artículo.
4Cambiar la base de cotización de autónomos
Una de las ventajas de nuestro sistema de Seguridad Social es que los autónomos pueden cambiar libremente su base de cotización y aumentarla si lo consideran necesario. El cambio se puede realizar hasta cuatro veces al año coincidiendo con el fin del trimestre y la solicitud se gestiona a través de la Sede Electrónica de la Tesorería General de la Seguridad Social.
No es necesario pasar de cotizar lo mínimo a lo máximo, entre las cuantías mínimas y las máximas existen varias opciones entre las que el autónomo puede elegir. El profesional puede indicar a la Seguridad Social que aplique la revalorización anual automática de su base de cotización o bien indicar él mismo la cantidad por la que va a cotizar. Al subir la cotización aumentará la futura pensión de jubilación, pero también las prestaciones de maternidad y de IT.