No vamos a negarlo, las cotizaciones a la Seguridad Social son uno de los principales gastos que deben asumir los autónomos, y esto puede llegar a suponer un problema si el nivel de ingresos no es muy alto. De ahí que una gran mayoría de trabajadores por cuenta propia hayan decidido cotizar por la base mínima para ahorrar en sus gastos mensuales.
Escoger la base de cotización mínima tiene ventajas como poder disfrutar de la tarifa plana a 60 € durante 12 meses y las bonificaciones previstas para los meses posteriores y también pagar mensualmente una cuantía que está por debajo de los 300 €. Pero, a cambio, optar por este tipo de cotización también tiene una serie de inconvenientes que vamos a ver en este artículo.
3Baja pensión de jubilación
Puede que un autónomo tenga suerte y no tenga que acceder nunca a una prestación por incapacidad temporal. También puede ocurrir que la autónoma no llegue a recibir la prestación de maternidad por no necesitarla, pero lo lógico es pensar que llegará un momento en que el trabajador por cuenta propia pondrá fin a su vida laboral y se jubilará.
Quizá el riesgo más grande de cotizar por la base mínima es que la pensión pública de jubilación puede ser bastante baja. Para hacer el cálculo se tendrán en cuenta a partir de 2022 los últimos 25 años cotizados, y esto es un problema. Actualmente, la pensión mínima de un autónomo es de 610 € mensuales, lo cual es una cifra muy baja, y es previsible que baje todavía más con el paso del tiempo.