No vamos a negarlo, las cotizaciones a la Seguridad Social son uno de los principales gastos que deben asumir los autónomos, y esto puede llegar a suponer un problema si el nivel de ingresos no es muy alto. De ahí que una gran mayoría de trabajadores por cuenta propia hayan decidido cotizar por la base mínima para ahorrar en sus gastos mensuales.
Escoger la base de cotización mínima tiene ventajas como poder disfrutar de la tarifa plana a 60 € durante 12 meses y las bonificaciones previstas para los meses posteriores y también pagar mensualmente una cuantía que está por debajo de los 300 €. Pero, a cambio, optar por este tipo de cotización también tiene una serie de inconvenientes que vamos a ver en este artículo.
2Prestación por maternidad que podría ser insuficiente
Con la prestación por maternidad ocurre algo similar a la que se percibe en caso de incapacidad temporal. La trabajadora que ha sido madre tiene derecho a un permiso de 16 semanas durante las que permanecerá exenta de realizar su actividad profesional y, a cambio, percibirá una prestación que le será abonada por la Seguridad Social.
Lo que ocurre es que si la base de cotización de la autónoma ha sido baja la cuantía a percibir también lo será. De ahí que muchas autónomas que están planificando una futura maternidad opten por subir su base de cotización unos meses antes para poder acceder después del parto, la adopción o la acogida a una prestación algo más elevada.