domingo, 24 noviembre 2024

Las zonas rurales apuestan por compras semanales, almacenamiento de no perecederos y horario matinal

Los consumidores de las zonas rurales se decantan por las compras semanales, almacenamiento de no perecederos y horario matinal durante el confinamiento provocado por la crisis sanitaria del Covid-19, según constata la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que cuenta entre sus asociados con Mercadona, Dia, Coviran, Alimerka o Ahorramas, entre otros.

En concreto, los habitantes de los municipios de menos de 10.000 habitantes están acostumbrados a realizar compras semanales, en general tienen espacio para almacenar productos no perecederos y la compra se suele hacer por las mañanas, por lo que los horarios de los establecimientos se han centrado en dicha franja, con las tiendas cerradas por la tarde en algunos casos, aunque ya han comenzado a recuperar la normalidad en cuanto a aperturas.

El entorno rural, formado por municipios de menos de 10.000 habitantes, tiene disponible una red de 6.810 establecimientos de distribución moderna de alimentación. Casi el 80% de la superficie de venta de estos establecimientos rurales es gestionada por socios de Asedas.

Si se tiene en cuenta la franja de los municipios de menos de 2.000 habitantes, los operadores vinculados a Asedas gestionan el 90% de los puntos de venta.

«El acceso a una alimentación variada, completa, segura y a precios competitivos, independientemente del lugar de residencia de los ciudadanos, es fundamental para preservar la vida en las zonas rurales de España. Durante la crisis del Covid-19, este hecho ha cobrado más importancia que nunca y, gracias a la amplia red de supermercados y autoservicios que tenemos, se ha logrado que la alimentación tampoco haya sido un problema en las zonas más despobladas», ha señalado el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo.

En este contexto, los supermercados situados en zonas rurales están recibiendo con normalidad el suministro de productos de alimentación y primera necesidad, tanto no perecederos como frescos, desde el inicio de la crisis provocada por la crisis del Covid-19.

A pesar de que estos lugares se han visto menos castigados por la pandemia, las tiendas de distribución comercial alimentaria -a menudo autoservicios con menos de 500 metros cuadrados- han adaptado los mismos protocolos de seguridad necesarios para la protección de empleados y clientes que en otras zonas (control de aforos, organización de la circulación de personas y desinfección e higiene de los espacios).

Según Asedas, la labor de estos establecimientos de distribución de comercio alimentario ha permitido que los habitantes de municipios pequeños no se tuvieran que trasladar a realizar sus compras a otros lugares cumpliendo así con el confinamiento decretado en el estado de alarma.


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