¿Te imaginas una película que pudiera cambiar sobre la marcha? ¿Una película que puedas alterar con solo pensarlo? Pues deja de imaginar, porque la película que puedes controlar con tu mente ya está aquí. Es una realidad y se llama The moment. Toda una revolución en la industria del cine que podrían cambiar el mundo audiovisual del futuro próximo si otros se animan con cosas similares a ésta.
En el mundo del videojuego ya es bastante habitual que no se tenga una línea temporal definida, ni un final determinado. Esto era lo habitual en los videojuegos del pasado, pero ahora algunos títulos están implementando sistemas mucho más abiertos. Es el propio jugador el que puede alterar el final según las decisiones que tome. Algo así ha planteado este cortometraje The Moment.
4Una película para cada momento
The Moment puede captar cuándo la atención varía según unas curvas de datos obtenidos por el casco. Esas pérdidas de atención natural sinusoidales se usan para meter cortes entre escenas y en cualquier momento la película puede alternar entre dos de sus tres hilos narrativos que siguen los tres personajes que están constantemente interactuando.
Eso da una gran cantidad de cambios posibles según la mente del espectador. Concretamente, Ramchurn calcula que podría haber 101 billones de versiones diferentes de su película The Moment. Un dato alucinante teniendo en cuenta que solo dura 27 min.
Para que eso fuese posible, Ramchurn tuvo que generar 3 veces más imágenes que en las escenas de una película normal, y reunir 6 veces más audios de lo habitual. Así no habrá varias visualizaciones iguales, por lo que cada vez que alguien la vea será una película diferente, igual que si un mismo espectador la ve varias veces.
Algo bastante increíble, aunque los espectadores se pueden sentir algo confusos, ya que no siempre sabes lo que realmente está sucediendo. Hay que usar la intuición e interpretar lo que está pasando.
Veremos si esta técnica se impone en un futuro y algunos se apresuran a crear más títulos como The Moment. Lo cierto es que la historia del cine está llena de intentos de innovaciones que no siempre resultaron exitosos a pesar de lo impactantes que parecían en su momento. En cambio, otras técnicas se han hecho casi un estándar en muchas grabaciones actuales. Solo el tiempo determinará si The Moment podría ser la base para futuras creaciones o simplemente queda en algo anecdótico.
Por ejemplo, Jacob Gaboury usó un joystick en las salas de cine para que los espectadores pudieran elegir entre dos posibles finales de la película. Aquello no ha triunfado en absoluto, visto el panorama actual. Y es posible que lo de Ramchurn corra la misma suerte.
Evidentemente este tipo de tecnologías no van a cambiar a toda la industria de cine convencional, pero sí que podrían ser opciones para algunos trabajos indie. Y tal vez llegar a algunas producciones mayores.