Cuando se piensa en una buena tortilla de patatas o en un huevo frito a tu mente llega siempre un huevo de gallina, porque no se está muy acostumbrado a tomar otro tipo de huevo. Los huevos son un alimento básico de la dieta mediterránea y con ellos se pueden realizar una gran variedad de platos. El huevo contiene un gran valor de proteínas. Se han dicho muchas cosas negativas de él, pero nada tiene que ver en realidad.
El huevo se puede consumir de forma moderada, como casi todo en este mundo, pero no es verdad que sube el colesterol como se dice desde hace muchos años. Si te gusta experimentar y quieres probar otro tipo de huevo, te animamos a que sepas cuáles son las características que tiene el huevo de pato, el de oca y el de gallina. Sabrás cuáles son las claves de cada uno de ellos.
Los huevos de oca
Los huevos de oca son los más desconocidos, sin lugar a dudas. Esta pone muy pocos huevos y su puesta también es estacional. Todo esto hace que el huevo no se comercialice como los demás.
Cada ave pone huevos que tienen características propias.
Son huevos muy beneficiosos, se diría que mucho más que los de gallina y lo puedes encontrar en todos lados. Un huevo de oca equivale a tres de gallina.
La oca es un animal que pone menos huevos que la gallina. Las ocas suelen poner una sola vez todos los huevos y después paran. El precio, por este motivo, sube. De este animal se aprovecha todo, desde las plumas, hasta el hígado para hacer foie gras. Ponen al año de 50 a 60 huevos y son de gran tamaño. Su yema es muy sabrosa y es bastante grande respecto a su clara. Poseen una larga fecha de caducidad y su valor nutricional es muy elevado. Por esto, son unos huevos muy saludables. Se pueden cocinar revueltos, en tortillas y como plato principal.
El huevo de pato
El huevo de pato tiene una clara con gran contenido de proteínas. Son fáciles de elaborar y son muy usados por los chinos. Posee un sabor muy peculiar y se debe de comer con moderación por las proteínas (podría dar colesterol). Cuando se es deportista este alimento es fundamental, pues dota de lo necesario para la actividad deportiva. Los huevos de pato son más grandes que los de la gallina. Son algo difíciles de encontrar.
Estos tienen un total de 13 gramos de proteínas y nada de carbohidratos. Tienen 14,40 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto y nada de azúcar. Aportan un total de 184 calorías y entre sus vitaminas puedes encontrar la B9, B12 y la D.
Un huevo de pato crudo tiene grandes cantidades de vitamina A. Para las personas que no están obteniendo las cantidades adecuadas de esta vitamina en su dieta, es muy recomendable comer este tipo de huevo. Esta vitaminas tienen otras funciones entre las que hay que destacar el fortalecimiento del sistema inmunológico, la lucha contra los radicales libres y el mantenimiento de unos huesos y dientes sanos.
El huevo de gallina
Estos huevos poseen cáscaras de diferentes colores, pero esto no afecta a su composición. Depende de cada raza normalmente. Los crudos, aunque estén limpios y no rotos, pueden tener bacterias.
Es un alimento que se considera que tiene una proteína compleja y por eso se utiliza para poder comparar la calidad proteica de otros alimentos. En la yema hay vitaminas, proteínas, lípidos y minerales. Su contenido en agua es de un 50%.
En la clara hay también proteínas de buena calidad. La ingesta de huevo no aumenta el colesterol sanguíneo, ni provoca riesgo de padecer enfermedades del corazón. Un huevo de gallina es de tamaño medio y tiene unas 70 calorías. Hay que decir que hay más huevos que se comen en la actualidad en nuestro país, como el de avestruz o el de codorniz.