Presentándose como uno de los iconos de la ciudad de Barcelona, el Parque Güell es un verdadero museo al aire libre, el cual simboliza el modernismo en el que el genio de Gaudí puso la arquitectura al servicio de la naturaleza y de la ciudad catalana. Y es que, ahí donde la vemos, fue concebida como una urbanización para las clases más acomodadas de la Barcelona industrial de principios del siglo XX.
Sin duda es un lugar para ir en más de una ocasión, ya que es protagonista como la obra por excelencia de Gaudí, en la que en el paseo que querramos darnos, encontraremos un estilo arquitectónico propio de una creación sumamente importante. Por ello, y como muestra, desde nuestro portal de Merca2.es nos adentramos por los rincones y jardines de este impresionante parque.
5La Sala Hipóstila y sus 86 columnas estriadas
La gran escalinata de la que hace llegar el Parque Güell conduce a la llamada ‘Sala Hipóstila’, diseñada para acoger el mercado de la urbanización, marcada por sus 86 columnas estriadas que soportan el peso de la plaza de la Naturaleza.
Se encuentra coronada por un cornisamento sobre el que se emplaza el banco ondulado, de la que da pie a una tubería dispuesta en su interior que recoge el agua de la lluvia que se filtra para almacenarla en una gran cisterna subterránea.
En el interior de la sala se crea un espacio sin estas columnas, por lo que su ausencia crea un lugar que simulan tres naves, como en un gran templo, donde las pequeñas cúpulas del techo (se ve en la imagen) están ornamentadas con unos paneles de mosaico cerámico muy originales que incorporan pequeños objetos de la vida cotidiana de Barcelona.