Los bulos y las fakes news se han convertido en un verdadero problema colateral en la crisis del coronavirus. Desde que los contagios comenzaron a propagarse de forma masiva y se tuvo que declarar el Estado de Alarma, la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, se ha convertido en el medio de difusión de noticias falsas por excelencia. Los bulos han existido desde siempre pero en estos dos últimos meses han aumentado de forma preocupante.
Se han viralizado mensajes de audio de supuestos profesionales que proporcionaban remedios inservibles para prevenir la covid-19, o difundían advertencias e informaciones que se propagaban en cuestión de horas, generando un estado general de pánico entre los usuarios. Esto ha llevado a la red social a tener que tomar cartas en el asunto para controlar el contenido viral, y lo ha hecho de forma muy sencilla: simplemente limitando los reenvíos a un solo destinatario. Con este cambio la difusión de este tipo de contenidos se ha reducido en un 70%.
WhatsApp ya había hecho modificaciones hace un par de años para controlar la difusión de contenidos virales, reduciendo los reenvíos a un máximo de 20 contactos a la vez. Sin embargo esta vez, se han tenido que tomar medidas más drásticas. Ahora resulta un poco más trabajoso para los usuarios compartir mensajes a varias personas, pero merece la pena por evitar las fake news constantes que recibimos en nuestro móvil.
FACEBOOK Y TWITTER TAMBIÉN IMPLANTAN MEDIDAS PARA CONTROLAR LAS FAKE NEWS
Facebook también se ha propuesto luchar contra las noticias falsas y los bulos, y el 16 de abril, decidió vetar la visibilidad de los falsos contenidos que aparecen en el feed de noticias. También se censuraron las publicaciones que se consideró que podían arriesgar de alguna manera la salud de los lectores. Incluso se ha activado un sistema de alertas para avisar a los usuarios que han interactuado con contenidos falsos relacionados con el coronavirus.
Twitter, por su parte, está obligando a los usuarios a eliminar los tuits que considera que pueden dañar la salud o el bienestar de los usuarios. Por ejemplo saltarse el confinamiento, ignorar las recomendaciones de las autoridades sanitarias, culpar a ciertos grupos de la población, etc.
Afortunadamente se está encarando el problema de las fake news y los bulos, que pueden ser verdaderamente perjudiciales para la salud física o psicológica de la población.