El sector de la construcción, ese que fue vilipendiado y acusado de ser el culpable de la crisis del 2008, puede ser ahora el garante de la recuperación económica. Así se desprende del plan de desescalada previsto por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. La cartera en manos de José Luis Ábalos ha pivotado dicho plan sobre tres ejes. Y el tercero tiene que ver con la construcción, en un doble ámbito: infraestructuras y viviendas. “Para que sirva de palanca para la recuperación económica”, dijo el ministro en la comisión del Congreso de los Diputados.
Un paso al frente en el que el ministerio tiene previsto contar, en sus planes para la reconstrucción, con la iniciativa privada. “El sector puede tener un importante efecto tractor para la recuperación”, afirmó.
El Gobierno piensa contar con la iniciativa privada para que sirva de trampolín en la recuperación económica
Una cooperación del que saldrían favorecidas ambas partes. Hay que tener en cuenta que solo las grandes constructoras perdieron, de media, 345 millones de euros por cada día que estuvieron parados durante el estado de alarma. Son datos de Seopan, la patronal, que estimó que la construcción representa el 10% de la economía nacional. Su producción anual es de 124.000 millones de euros.
EMPLEO
La pandemia se ha cebado con la construcción en lo relativo al empleo. La caída media de la afiliación ha sido del 4,53%: 39.000 empleos perdidos. Si echamos la vista atrás, la crisis de 2008 supuso la destrucción de 1,4 millones de empleos en el sector de la construcción. Al final, supuso una caída de la ocupación del 53%.
Cierto que el sector había mostrado un leve crecimiento desde el año 2014. Pero ya, en el segundo semestre de 2019, comenzó a dar de nuevo síntomas de fatiga. Un relanzamiento que ha sido frustrado por la aparición del coronavirus.
Son 1,2 las personas que trabajan en el sector. Y la media de edad del colectivo es avanzada y por tanto, propensa al contagio. Según CCOO, “más del 99% de empresas de este sector tienen en su plantilla menos de 50 personas. De ellas, el 62% son empresas sin asalariados. Esto en la práctica se traduce en que el 86% de las empresas de construcción en España tienen entre 0 y 2 asalariados, lo que significa un tejido industrial inoperante desde el punto de vista de inversión en Seguridad y Salud”.
CONSTRUCCIÓN Y CEMENTO
Otro de los sectores que se verían beneficiados por este empuje de la construcción sería el cementero. Hay que tener en cuenta que el consumo en España cayó en marzo un 28,3%. Hablamos de 923.581 toneladas, es decir, 363.653 toneladas menos que en el mismo mes del año anterior. Guarismos escalofriantes si tenemos en cuenta que hay que remontarse a marzo de 1965 para encontrar unas cifras de consumo equivalentes.
Una caída del consumo de cemento que se ha visto acelerada “drásticamente”, según Oficemen, desde que se decretó el estado de alarma. Entonces ya se perdió el 50% del consumo, a pesar de que la actividad constructora seguía funcionando.
“Los datos de abril, que incluyen la completa paralización del sector de la construcción entre los días 30 de marzo y 12 de abril, seguirán mostrando peores cifras de consumo de cemento. Y conviene no olvidar que es el indicador adelantado del estado de salud de la construcción”, señala Victor García Brosa, presidente de Oficemen. Representa un 8,5% del volumen total de empleo en España.
«Debe ser una pieza fundamental para la recuperación de la economía tras la pandemia, más aún si tenemos en cuenta que la reactivación del turismo, otro de los grandes pilares, será mucho más lenta y compleja”, añade. El cemento, en particular, y la construcción, en general, por tanto, se definen como piezas clave de la recuperación económica. De villano a héroe, en una sola década.