Spiriman no deja de liarla en redes sociales. El médico granadino más popular de Twitter, tiene millones de seguidores en su perfil. Sus vídeos tienen un elevadísimo número de visualizaciones y se ha convertido en una de las voces más influyentes durante el problema del coronavirus, por sus polémicas declaraciones y sus cambios de opinión. Lo ha vuelto a hacer. A finales de marzo aparecía llorando pidiendo a los ciudadanos que se quedasen en casa porque el virus (el pollanovirus, como él lo llamaba) se había descontrolado por la mala gestión de los políticos. Un par de días antes de que se decretase el Estado de Emergencia, solicitaba que no se cerrasen los centros escolares, porque la alarma generada se estaba exagerando.
La semana pasada, Jesús Candel, instaba a la población a actuar libremente, tomando las riendas de su vida. Decía incluso que es mentira que salir a la calle sin justificación se pueda multar y que es fundamental permitir el regreso a la normalidad para no arruinar la economía del país.
Sin embargo, al cabo de unos días cambió su opinión al lado opuesto. Pasó de incentivar el saltarse el confinamiento y tomar las calles, a criticar las salidas de los niños. Esto ha provocado que muchas protestas de los usuarios que le recordaban el tuit de hace tan solo unos días.
Jesús Candel, el hombre detrás del apodo Spiriman, es un médico de Granada que consiguió movilizar a 80.000 personas en 2016 para iniciar una protesta contra la gestión sanitaria de la Junta de Andalucía. Algunos partidos le sugirieron que diese el salto a la política y el presidente del Colegio de Médicos de Granada solicitó que fuese nombrado hijo predilecto de la ciudad. Sin embargo, parece que la creciente popularidad del médico, unido a su vehemencia y su ansia de ser el centro de atención, ha llevado a Spiriman a ser sancionado y condenado varias veces por delitos de injurias y calumnias.