Desde que comenzó la cuarentena a mitad de marzo, son muchos ciudadanos los que se han quejado por la obligación de que los niños tuviesen que permanecer en casa, sin poder salir ni un rato a esparcirse. Las protestas se dirigieron mucho a la personas responsables de perros, a quienes sí se permitió salir a hacer sus necesidades fisiológicas y con muchas restricciones. “Quiero que me traten como a un perro”, se oyó en alguna campaña en redes sociales. Los padres pedían un momento al día para que los niños pudiesen despejarse, y también muchos profesionales en psicología infantil alertaron de la importancia de esto ante la posibilidad de que los menores llegasen a desarrollar algún tipo de trauma.
Finalmente el Gobierno decidió autorizar un desconfinamiento parcial que se puso en práctica ayer 26 de abril, con una serie de normas y restricciones: el paseo debe limitarse a una hora, un kilómetro de distancia, acompañado de un solo adulto y durante una vez al día. Por supuesto, manteniendo la distancia de seguridad como hemos venido haciendo hasta ahora. Sin embargo parece ser que muchos adultos parecen haber entendido este pequeño alivio, como si se tratase el final del confinamiento.
4VUELTA AL CONFINAMIENTO
El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía ayer en lo fundamental que es mantener la distancia social y ha afirmado que «hace falta ajustar algunos criterios, se haría”. Sirva como ejemplo el caso de China, que, después de un tiempo de desconfinamiento, ha tenido que regresar a la cuarentena por un nuevo brote de contagios. Algo así podría suceder en España, si en unos días se detectase un nuevo repunte en la curva de infectados, tras más de 50 días de lucha y confinamiento, para tratar de revertirla. La OMS sostiene que el coronavirus estará entre nosotros durante mucho tiempo, pero depende de nuestra actitud como ciudadanos responsables, el que se manifieste masivamente, o de forma escalada y controlable.