Desde que comenzó la cuarentena a mitad de marzo, son muchos ciudadanos los que se han quejado por la obligación de que los niños tuviesen que permanecer en casa, sin poder salir ni un rato a esparcirse. Las protestas se dirigieron mucho a la personas responsables de perros, a quienes sí se permitió salir a hacer sus necesidades fisiológicas y con muchas restricciones. “Quiero que me traten como a un perro”, se oyó en alguna campaña en redes sociales. Los padres pedían un momento al día para que los niños pudiesen despejarse, y también muchos profesionales en psicología infantil alertaron de la importancia de esto ante la posibilidad de que los menores llegasen a desarrollar algún tipo de trauma.
Finalmente el Gobierno decidió autorizar un desconfinamiento parcial que se puso en práctica ayer 26 de abril, con una serie de normas y restricciones: el paseo debe limitarse a una hora, un kilómetro de distancia, acompañado de un solo adulto y durante una vez al día. Por supuesto, manteniendo la distancia de seguridad como hemos venido haciendo hasta ahora. Sin embargo parece ser que muchos adultos parecen haber entendido este pequeño alivio, como si se tratase el final del confinamiento.
3VIGILANCIA POLICIAL
La semana pasada el comisario principal de la Policía Nacional, José Ángel Gonzalez, se mostraba muy optimista con el comportamiento de las familias, confiando en el civismo, la madurez y la responsabilidad de los españoles en este desconfinamiento de los niños. Aseguraba que no habría necesidad de extremar la vigilancia porque la concienciación en cuanto a las normas de seguridad, ha sido muy grande hasta ahora. Esto podría explicar la falta de acciones por parte de las fuerzas de seguridad en una jornada en la que, a pesar de las imágenes, apenas se registraron sanciones. Durante la primera semana de cuarentena se hicieron controles constantes, se interpusieron muchas multas y se llevaron a cabo varias detenciones. Con el tiempo, la vigilancia se ha ido relajando, pero deberá reactivarse en los próximos días para evitar que situaciones como la de ayer vuelvan a repetirse y, sobre todo, controlar al máximo la posible avalancha que pueda producirse el próximo sábado.