El contrato mercantil es un documento esencial a la hora de establecer una relación jurídica entre el autónomo y otra persona física o jurídica con la que vaya a trabajar. Con frecuencia, se asimila la firma de este tipo de contrato con la figura del falso autónomo, y es cierto que muchas veces el contrato mercantil intenta esconder una relación laboral. Pero lo cierto es que se puede firmar un documento de este tipo y ser un autónomo totalmente legal.
Es importante tener en cuenta que a través de este contrato nacen obligaciones para ambas partes implicadas, pero que en ningún caso este da lugar a una relación laboral. Para eso habría que haber un firmado un contrato laboral, algo que en el caso del autónomo daría lugar a un estado de pluriactividad.
6La cuestión de la dirección técnica
El autónomo debe actuar con independencia y a él le corresponde la dirección técnica de su actividad, siendo libre a la hora de organizar y desarrollar su trabajo. Sin embargo, está claro que el cliente que ha contratado el servicio tiene algo que decir en cuanto a eso. De ahí que el contratante pueda aportar indicaciones técnicas sobre el trabajo a realizar para que este se ajuste a sus expectativas.
Aquí suele surgir el conflicto, puesto que si esas indicaciones técnicas son tan estrictas que están quitando libertad al autónomo podemos estar hablando de una subordinación entre el profesional por cuenta propia y quien lo ha contratado, lo que daría lugar a que el contrato mercantil se pudiera considerar como algo fraudulento que en realidad trata de ocultar una relación laboral y ha dado lugar a un falso autónomo.
Para evitar estos problemas lo mejor es cuidar mucho la negociación y redacción de todo lo relativo a la dirección técnica y las indicaciones técnicas. En ningún caso la independencia profesional del autónomo se puede ver menoscabada, ya que en caso de ser así estaríamos ante un contrato mercantil en fraude de ley.
