El contrato mercantil es un documento esencial a la hora de establecer una relación jurídica entre el autónomo y otra persona física o jurídica con la que vaya a trabajar. Con frecuencia, se asimila la firma de este tipo de contrato con la figura del falso autónomo, y es cierto que muchas veces el contrato mercantil intenta esconder una relación laboral. Pero lo cierto es que se puede firmar un documento de este tipo y ser un autónomo totalmente legal.
Es importante tener en cuenta que a través de este contrato nacen obligaciones para ambas partes implicadas, pero que en ningún caso este da lugar a una relación laboral. Para eso habría que haber un firmado un contrato laboral, algo que en el caso del autónomo daría lugar a un estado de pluriactividad.
5Obligaciones para el autónomo derivadas del contrato mercantil
Al firmar un acuerdo de este tipo los autónomos no solo se comprometen a entregar los bienes y prestar los servicios negociados, surgen otras obligaciones que es imprescindible cumplir. Una de las más comunes e importantes es que está prohibida la subcontratación. Es decir, que el autónomo no puede encargar la realización del trabajo acordado a un tercero.
Esto se debe a que con frecuencia la contratación del autónomo se debe a que el cliente lo que busca no es un servicio o producto cualquiera, sino justo el que puede ofrecerle ese profesional con el que ha llegado a un acuerdo.
Por otro lado, el autónomo contratado mediante contrato mercantil sigue siendo totalmente responsable de presentar sus liquidaciones de IVA e IRPF de forma trimestral y hacer el pago de sus cuotas a la Seguridad Social de forma mensual. También corre por cuenta del profesional su protección frente a los riesgos laborales asociados a la tarea que se le ha encomendado.