Parece que a estas alturas de la cuarentena, se ha desatado una fiebre repostera, que ha hecho que productos como la harina y la levadura desaparezcan rápidamente de los estantes del supermercado. Salir del confinamiento con varios kilos de más merecerá la pena si los postres caseros nos ayudan a sobrellevar mejor el confinamiento. Y es que es sabido que los momentos de cierta angustia se llevan mejor con algo dulce, como nos enseñó en su día la mítica Mary Poppins. Ahora que hay tiempo y ganas, se puede experimentar, darle un toque personal a alguna receta, o intentar preparar aquel bizcocho que hacía la abuela pero que nunca te queda igual. Hacer un buen bizcocho no es difícil pero a veces el resultado no es el deseado y resulta muy decepcionante. Sacar el postre del horno y descubrir que ha quedado deformado, que no ha subido o que se rompe al desmoldar, naturalmente da mucha rabia. Por suerte cada problema tiene una solución, solo hay que evitar cometer ciertos errores. Toma nota de los siguientes trucos.
5QUEDA APELMAZADO
Si el bizcocho ha quedado con una miga demasiado densa, puede que hayamos puesto la temperatura del horno demasiado baja, de forma que la levadura no haya podido hacer que la masa suba. Otro error puede ser que no hayamos batido bien. Es importante batir los ingredientes para introducir aire a la mezcla. Donde evitaremos batir demasiado es al incorporar la harina. La textura compacta también puede ocurrir si dejamos el bizcocho en el molde durante demasiado tiempo. La masa genera humedad y esto produce el apelmazamiento. Por eso hay que desmoldarlo y dejar que se enfríe al aire.