Los compuestos de desprende la piel de la cebolla son volátiles y muy irritantes. Se trata de sustancias como el sulfóxido de triopropanal y otros con cierto nivel de azufre. Cuando cortamos la cebolla, estos aceites esenciales se desprenden de su tejido y pasan a un estado gaseoso. De esta manera se introducen por las vías respiratorias y los ojos, irritando las mucosas y provocando las características lágrimas que no son otra cosa que una defensa contra este agente. Esta verdura tiene un lugar importante en nuestra alimentación y nuestra gastronomía, y no solemos prescindir de ella, aunque a menudo cortarla puede resultar realmente molesto. Por suerte, existen algunos trucos que pueden disminuir la emisión de estos gases.
3UTILIZAR UN BUEN MÉTODO DE CORTE
¿Por qué los cocineros profesionales no lloran cortando cebolla? Porque saben cortarla con método. Hay que hacerlo con un cuchillo bien afilado de forma sistemática para que el corte sea muy limpio. De esta manera logramos que sus diferentes capas apenas se rompan, que es lo que favorece la emisión de sulfóxido.