
Si para cualquier mujer trabajadora afrontar la maternidad ya es todo un reto, la cosa se complica todavía más si se trata de una autónoma. Aunque puede parecer que los trabajadores por cuenta propia lo tienen más fácil para conciliar su vida personal y laboral, lo cierto es que no es así. Con frecuencia trabajan más horas que un empleado por cuenta ajena.
Esto, sumado a la menor protección social que tienen los autónomos, hace que una autónoma se lo piense todavía más cuando se trata de ser madre. Sin embargo, son muchas las valientes que se atreven a dar el paso, aún a sabiendas de que a partir de ese momento van a tener que hacer auténticos malabares para atender a su negocio sin desatender a su familia. Ser madre y autónoma es todo un reto.
5Maternidad no debe ser sinónimo de abandono del trabajo

Compaginar los roles de madre y profesional por cuenta propia es tan complicado que hasta un 70% de las autónomas que se convierten en madres acaban dándose de baja del RETA. Por eso en los últimos años se han intentado buscar soluciones a este problema, con alternativas que permitan a la profesional seguir adelante con su negocio.
Ahora, aquellas autónomas que abandonaron el RETA tras ser madres pueden volver a darse de alta y disfrutar de la tarifa plana o bien de una bonificación del 80% de la cuota si escogen una base de cotización que no sea la mínima. Se busca así aumentar la presencia de mujeres en el colectivo de autónomos y que la maternidad no sea un obstáculo en el desarrollo laboral y profesional de las mujeres.