Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para España no son buenas. La crisis económica provocada por el coronavirus, así como las medidas desplegadas por el Gobierno para paliar su impacto sanitario, social y económico, elevarán el déficit presupuestario del país hasta el 9,5% del PIB este año, el mayor desde el rescate bancario.
Ese ejercicio (2012) el déficit español alcanzó el 10,7%. Pero hay más, la institución que dirige Kristalina Georgieva ve claro el hundimiento de la economía española y pronostica una caída del 8% del PIB en 2020, la mayor desde la Guerra Civil.
Y esto unido a un fuerte repunte del desempleo, de hasta el 20,8%. De cara al próximo año estima una recuperación parcial, con un rebote del PIB del 4,3%, según su informe ‘Monitor Fiscal’.
ESPAÑA, EL PAÍS MÁS CASTIGADO
El escenario central del FMI, que contempla la contención de la pandemia y una recuperación gradual de la economía en la segunda mitad del año, el déficit de España bajaría en 2021 al 6,7% del PIB, una cifra que sigue siendo muy alta y de hecho es la más elevada desde 2013.
Según sus pronósticos, España será el país europeo desarrollado con mayor déficit en 2020 y 2021, superando ampliamente la media del 7,5% y del 3,6% del PIB prevista para la zona euro para este año y el siguiente, respectivamente.
La deuda pública tampoco se salva y se disparará al 113,4% del PIB. España verá incrementarse de manera significativa su endeudamiento y seguirá haciéndolo el próximo año hasta situarse en el 114,6%. Por su parte, el FMI calcula que la deuda de la zona euro subirá este año a un promedio del 97,4% del PIB, para reducirse ligeramente en 2021 al 95,6%.
Al principio de la presente década, la deuda pública de España se situaba en el 69,9%, frente a la media del 87,6% de la eurozona y del 102,5% de las economías avanzadas.
SUBIRÁ EN TODAS LAS ECONOMÍAS AVANZADAS
A nivel mundial, el FMI advierte de que el déficit público alcanzará en 2020 una media del 9,9% desde el 3,7% de 2019, con un incremento especialmente significativo entre las economías avanzadas, que registrarán este año un desequilibrio presupuestario negativo del 10,7% del PIB, frente al 3% de 2019, mientras que en el caso de las economías emergentes y en desarrollo el déficit subirá en 2020 al 9,1% desde el 4,8%.
Aunque un aumento considerable de los déficits este año es necesario y apropiado para muchos países, la posición inicial en algunos casos presenta vulnerabilidades», afirma la institución internacional, recordando que la deuda pública global en 2019 representaba el 83,3% del PIB y se prevé que alcance este año el 96,4%.
La situación es especialmente preocupante para los mercados emergentes y las economías en desarrollo que enfrentan múltiples conmociones que incluyen la pandemia, un empeoramiento abrupto de las condiciones financieras, debilidad de demanda externa y, para los países exportadores de productos básicos, precios más bajos.