La crisis sanitaria provocada por el coronavirus, y que ha tornado también en crisis económica y política, abre nuevas interrogantes sobre el futuro empresarial. En el caso de los operadores de telefonía, esenciales por motivos contrapuestos (necesarios para el teletrabajo y el ocio), descubrirán un futuro cercano con dudas e incertidumbres.
Por suerte para el conjunto de compañías que operan en España, como Telefónica, Orange, Vodafone, MásMóvil, Euskaltel, así como los operadores virtuales y regionales, el sector de las telecomunicaciones se ha convertido en esencial durante la crisis generado por el covid-19. Por motivos de ocio o trabajo, todos los españoles han necesitado más que nunca estar conectados a la red. Y esa red es de los operadores.
Bajo este contexto, la consultora especializada en telco y tecnología Nae ha publicado este mes de abril un informe -‘Retos y oportunidades del sector de las telecomunicaciones ante la covid-19’- donde dibuja una serie de certezas con respecto a los operadores de telefonía, y alguna duda -lógica- sobre el futuro del sector. La principal conclusión es que habrá un antes y después del coronavirus para todas las compañías.
Como certeza más rotunda que presenta el informe es que el covid-19 dio un empujón forzado hacia la digitalización a todas las empresas. Explican desde Nae que tras afrontar la crisis muchas compañías deberán repensar sus estrategias tecnológicas. Esto llevará a la contratación de nuevos servicios que ayudarán a impulsar el negocio. Explica el informe, además, que las organizaciones y las personas todavía no estaban suficientemente preparadas; ahora lo deberán estar.
DOS CERTEZAS DE FUTURO
Junto al golpetazo de realidad en el ámbito de la digitalización (tantos años de burla con el término, y en realidad no estábamos preparados), el informe también habla sobre aspectos corporativos. En este caso, y como mantra desde hace varios trimestres ante el surgimiento de un quinto operador en el ecosistema nacional, desde Nae advierten que la consolidación llegará.
En estos momentos hay tres grandes operadores: Telefónica, Orange y Vodafone, que tienen todos los servicios paquetizados, redundados y llevan años de guerra comercial. A ellos se sumó hace un par de ejercicios MásMóvil, con una creciente cuota de mercado y una huella absoluta por la geografía nacional. Y a todos ellos se ha añadido Euskaltel, que ha sufrido un «coronainterruptus» en su expansión nacional. Todos ellos con redes e infraestructura propia. Otra de las certezas que resuelve el informe.
Asegura el documento que «será inevitable una compartición de todas las infraestructuras telco alrededor de un número muy reducido de grandes redes -fijas y móviles-, de alcance nacional en cada país». Además, añade, que «esto podría poner en riesgo el ritmo y volumen de despliegue de infraestructuras (fibra y 5G)» en un momento que se han visto como esenciales.
Junto a las redes, en la parte comercial también hay una certeza: «El shock cultural de la crisis modificará los patrones de consumo y la actividad online, generando oportunidades. Es decir, derivado del empujón hacia la digitalización, se sabe que habrá un nuevo mercado que tendrá como grandes movimientos el cloud, la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT).
UNA DUDA RAZONABLE
Aunque precisamente a raíz de ese «shock», en el informe señalan que la paralización de la economía provocará que el patrón de portabilidades (cambios de compañía) sea «desconocido». Explican que durante la crisis generada por el coronavirus los operadores de telefonía están ofreciendo ciertos servicios de manera gratuita, por ejemplo, y eso habrá que revertirlo una vez que toda vuelva a la normalidad.
Advierten que será necesario imprimir velocidad a la nueva captación de clientes y, sobre todo, a que los servicios que excepcionalmente se han dado como gratuitos vuelvan a ser parte del portfolio de productos de los operadores.