Cuando visitamos el supermercado, uno de esos pocos lugares a los que se nos permite acceder en tiempos de confinamiento, llama la atención que casi todo el mundo lleva mascarilla y los guantes de plástico que obligatoriamente les han instado a ponerse a la entrada. Vemos en estos espacios mascarillas de todo tipo: de papel, quirúrgicas, de tela casera, etc. Pero entre ellas, sorprende el gran número de personas que portan mascarillas autofiltrantes (FFP1, FFP2 y FFP3), la mayor parte de ellas con válvula de exhalación, con el grave riesgo que ello conlleva.
«Si alguno de los portadores de ese tipo de mascarilla tuviera algún patógeno en sus vías respiratorias, especialmente el coronavirus SARS-CoV-2, estaría esparciendo el covid-19 por todo el establecimiento«, ha asegurado el presidente del Sindicato de Veterinarios de León, Manuel Martínez. El profesional de la salud animal, tilda además de «curioso» que la mayor parte de los sanitarios no dispongan de ese tipo de mascarillas y algunos ciudadanos las porten «tan ufanos».
Martínez también critica que muchas de estas mascarillas que se exhiben estos días por las calles no se desinfectan adecuadamente, «pues a juzgar por su aspecto, dan la sensación que se llevan usando (sin renovarla, ni esterilizarla) desde el inicio del confinamiento«. En este sentido, «no digo que tengan colonias de coronavirus, pero no cabe ninguna duda de que tienen familias, con primos y sobrinos, de toda clase de gérmenes, incluidos otros tipos de virus, hongos y bacterias», señala el veterinario.
El profesional veterinario recuerda lo que marcan los protocolos de seguridad frente a la exposición al SARS-CoV-2: “Con el fin de evitar contagios, los casos posibles, probables o confirmados deben llevar mascarillas quirúrgicas. En el caso de que llevasen en lugar de una mascarilla quirúrgica una mascarilla autofiltrante, en ningún caso ésta incluirá válvula de exhalación ya que en este caso el aire es exhalado directamente al ambiente sin ningún tipo de retención y se favorecería, en su caso, la difusión del virus».
Tal y como recoge el protocolo se seguridad, «las mascarillas quirúrgicas deben cumplir la norma UNE-EN 14683:2019+AC:2019)». Por tanto, explica Martínez, las mascarillas autofiltrantes (que deben cumplir la norma UNE-EN 149:2001+A1:2009 o, en su caso, los filtros empleados las normas UNE-EN 143:2001) con válvula de exhalación solo están prescritas para profesionales de la salud (Covid 19 negativos) que tengan que estar en contacto a menos de dos metros con casos posibles, probables o confirmados.
El resto de la población debe abstenerse de llevarlas, y mucho menos las no homologadas o las aconsejadas, con filtros específicos, para otro tipo de trabajo: pintores, barnizadores, carpinteros, esmeriladores, etc.
Por cierto, la duración o posibilidad de reutilización de las mascarillas viene establecida por el fabricante en la caja o en la impresión de la propia mascarilla, según el presidente del Sindicato de Veterinarios de León. En concreto, las autofiltrantes son en su mayoría desechables y no reutilizables. Se identifican con una “R” de reutilizable o “NR” no-reutilizable en su cartonaje.
En definitiva, en palabras de Martínez, las autoridades sanitarias deberían «informar adecuadamente a la población sobre el uso de mascarillas, prohibir tajantemente a la población en general el uso de las autofiltrantes con válvula de exhalación y reforzar los servicios de inspección» para garantizar que los puntos de mayor contacto social en la actualidad (tiendas de alimentación de todo tipo) cumplan rigurosamente lo establecido en las normas de seguridad alimentaria, y apliquen la “Guía de buenas prácticas para los establecimientos del sector comercial”, editada conjuntamente por el Ministerio de Sanidad y el de Industria, Comercio y Turismo.