Supervivientes es un reality especial. Al contrario que en Gran Hermano, la Isla de las tentaciones u otros del estilo, a Honduras llegan con una misión: sobrevivir. La situación en la Isla es compleja y tienen que aprender a valerse por sí mismos. Eso es lo que hace especial el programa. Bueno, eso, y sus polémicas. El hambre y la convivencia hacen mella y no hay gala sin insultos. Y, eso, también gusta a la audiencia, que cada jueves le otorga el liderato al espacio de Mediaset. En este último ‘episodio’, un insulto a Rocío Flores ha desatado la furia del programa.
El propio Santiago Abascal culpó al Gobierno por permitir que se emita “telebasura” en televisión. Algo que no gustará mucho a Mediaset, cuyo principal contenido de todos sus programas se basa precisamente en los realitys. Pero no importa lo que le guste al líder de Vox, sino a la audiencia. Y este último jueves volvió a triunfar Supervivientes después de un conflicto en el que se vieron envueltas Rocío Flores y Yiya, que se vieron las caras tras la reunificación en la Palapa.
Ambas se llevan muy mal entre ellas, eso es evidente. Pero anoche la cosa se intensificó. Rocío Flores advirtió de que estaba harta de las referencias al físico y abandonó por momentos la gala. Yiya, después, en otra discusión, señaló que Rocío Flores hacía “sonidos de morsa”. Ante esto, la dirección de Supervivientes no quiso esconderse más y decidió nominar de forma disciplinaria a Yiya por sus comentarios. Así que la ‘princesa’ vuelve a revivir la sensación que experimentó los primeros días de concurso.
Yiya hizo todo lo posible por defenderse y señaló que el insulto iba dirigido únicamente a los sonidos que reproducía Rocío Flores y que para nada había atacado su físico. Pero los antecedentes no le ayudaron. Tampoco Jorge Javier Vázquez, que no se creyó nada y estalló: “No nos tomes por gilipollas”. Supervivientes volvió a dejar claro que es un programa que lo tiene todo para embaucar al espectador: retos y polémicas.