Airbus ha decidido cortar por lo sano. La compañía recortará su producción en un tercio, hasta las 48 unidades, en un movimiento que ha sorprendido a los analistas. De hecho, desde Citi explican que el tajo es «significativamente mayor» al primero que se había estimado. También, por ejemplo, está muy por debajo de las 60 aeronaves que estimaba Bloomberg. Lo que pone de manifiesto una dolorosa realidad y, es que, las cosas son mucho más difíciles de lo que parecen. Y, lo peor, es que no hay certezas de que pueda mejorar en los próximos años.
La dramática decisión de la firma europea no despeja tampoco otros enigmas que estaban abiertos como donde se situará la producción en el largo plazo. Y que no termina de convencer a los analistas. Así, desde Citi ya advierten (tomen nota los trabajadores e inversores) que el recorte «temprano y duro» no elimina la incertidumbre, ya que no está claro en qué medida el tráfico de pasajeros disminuirá y cómo eso afectará los niveles de producción hasta 2023. En definitiva, que las curvas se van a alargar en el tiempo.
Pero, antes hay que centrarse en el presente. El fabricante aeronáutico recibió 290 pedidos y realizó 122 entregas de aviones en el primer trimestre del año, de los que 21 pedidos y 36 entregas se llevaron a cabo en marzo. La compañía ha explicado que tiene 60 aeronaves fabricadas y pendientes de entrega por la situación del coronavirus, que ha provocado que los clientes prefieran retrasar las entregas. Por ello, la nueva media de producción del fabricante europeo fijadas son 40 aviones ‘A320’ al mes, seis ‘A350’ mensuales y solo dos aeronaves ‘A330’.
AIRBUS METE LA TIJERA CON MÁS FUERZA DE LA PREVISTA
El epicentro donde la cadena de transmisión está fallando, obviamente, son las aerolíneas. A los problemas actuales de nula actividad y cero ingresos se una un futuro poco prometedor. A medida que se produzcan recaídas en los infectados por el coronavirus los países serán mucho más reacios a abrir sus fronteras a extranjeros. En otras palabras, no habrá vuelos transfronterizos, lo que limitará las actividad de las firmas aéreas y provocará la quiebra de muchas. Para las supervivientes, que serán muy pocas, contarán con suficientes activos como para cumplir con holgura la demanda nacional.
Ese último punto, es el que tiene más contrariado a los analistas. Aun así, desde Bloomberg se señalaba que era «probable que varias aerolíneas fallen y aún más vean una degradación significativa en las finanzas, perjudicando la capacidad o el deseo de tomar aviones adicionales. Esperamos que esta reducción de la demanda conduzca a caídas en la tasa de producción muy por debajo de los 60 objetivos mensuales en Airbus y 57 en Boeing». Pero, el recorte ha sido un 20% mayor.
HABRÁ RECORTE ADICIONAL EN LOS PRÓXIMOS MESES
Pero, ese no es el único problema, ya que el propio informe señalaba que a medida que pasaran los meses las cifra seguiría reduciéndose. Hasta el punto, de que era «probable» que las tasas se acercasen a las 40 unidades al mes en 2021, no antes. lo que supone, de facto, que los recortes actuales se van a incrementar en los próximos meses, es decir, que ni mucho menos el empleo actual que se salve está garantizado más allá de verano.
Además, dadas las cifras de la compañía ese recorte podría ser todavía mayor. Las estimaciones de los analistas es de una reducción de otro tercio de la producción en un año, preveían pasar de 60 a 40 aeronaves. En especial, por el efecto cascada de sus proveedores como Safran o Spirit. Pero dado que en la actualidad, la decisión de Airbus ha sido de un recorte mayor, hasta las 48 unidades, podría llevar a que la fabricación se hundiese por debajo de los 35 aviones. Afectando, de nuevo, con fuerza al empleo.
En definitiva, el recorte anunciado por Airbus deja todavía muchas incógnitas en el aire que no se irán despejando hasta dentro de mucho tiempo. Primero, que la situación parece mucho más compleja. Segundo, que los analistas prevén más reducciones en la producción en el corto plazo por la debilidad de las aerolíneas y los proveedores. Por último, que la incertidumbre actual, para Airbus y el resto del sector, puede alargarse por lo menos hasta 2023.