El confinamiento ha obligado a los espacios humorísticos a adaptar sus formatos a estos tiempos de Skype y chistes cogidos con pinzas sobre el drama que nos asola. Algunos programas están solventando el envite con buena nota y otros como ‘La resistencia’ de David Broncano se han empeñado en rebajar su nivel hasta límites inadmisibles.
La cabezonería de Broncano, empeñado en mantener un formato que ha tornado en lánguido, está despertando multitud de comentarios en el sector televisivo. Y es que el showman jienense ha preferido mantenerse como amo del desolado Teatro Arlequín, que ha dejado de ser un fortín repleto de alegría para convertirse en un inmenso cementerio que imposibilita el surgimiento de la risa.
Broncano, con la reputación por las nubes tras un lustro dorado en el que no ha dejado de coleccionar éxitos, no ha sabido ver que ‘La resistencia’ se está convirtiendo en un producto aburrido y desagradable de ver. Y es que el refrescante late-show repleto de sorpresas se ha convertido en un experimento previsible y solo apto para ‘groupies’.
En Movistar, incapaces de hacer entrar en razón al ‘golden boy’ de la comedia española, al menos aprueba ‘Late motiv’. El programa de Andreu Buenafuente, recluido en su casa, sí que está consiguiendo buenos momentos de comedia y algunas buenas entrevistas (véase la confesión vital de Pedro Almodóvar).
OTROS COMUNICADORES NO COMENTEN LOS ERRORES DE BRONCANO
No todos los formatos cometen los errores de ‘La resistencia’ de David Broncano, que está rentabilizando el alquiler del Teatro Arlequín a base de hundir el nivel del programa. Más aseado está ‘El hormiguero’, que ha dejado de ser un frenético gimnasio lleno de ciencia para convertirse en un agradable espacio con dos entrevistas a distancia y una tertulia ligerita. Tampoco se puede pedir más.
Más caseros están en ‘El intermedio’, que también ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Lo intentó ‘Zapeando’, pero ha sido sustituido por refritos por el interés de Atresmedia de rebajar su factura en espacios externos para compensar la caída publicitaria (que podría rondar el 45% en el campo televisivo).
HUMOR EN CUARENTENA
Algunas críticas ha recibido Televisión Española por dar luz verde al espacio de sketches ‘Diarios de la cuarentena’. ¿El motivo? La derecha mediática está utilizando el formato para fijar dos ideas maniqueas: el Gobierno se ríe de los muertos y el Estado no tiene dinero para mascarillas, guantes y respiradores, pero sí para Carlos Bardem.
En los últimos días también han llegado otros formatos cómicos que ya estaban previstos antes de la tormenta: la sátira política ‘Vamos Juan’ de TNT (cuyo capítulo titulado Estambul se puede ver en Youtube), el brillante late-show ‘Parking karoke’ de la plataforma gratuita Playz o la irregular webserie ‘Válidas’ que han puesto en marcha Victoria Martín y Carolina Iglesias en Youtube.
En la popular plataforma de vídeo también se encuentran disponibles productos ideados durante la cuarentena: ‘Apocalypso’, donde Antonio Castelo y Miguel Campos entrevistan cada noche a diversos cómicos; o ‘2021’, ingenioso formato futurista de sketches escrito e interpretado por los actores Ann Perelló y Pau Escribano, que conviven en las Baleares.
REGRESOS POR SORPRESA
Por sorpresa ha regresado ‘No te metas en política’. El programa de Facu Díaz y Miguel Maldonado estaba dado por muerto y ambos cómicos, colaboradores de ‘Late motiv’, preparaban otro proyecto. Pero ante la riada del coronavirus han preferido rescatar su show… aunque sin Mediapro como productora.
También ha vuelto por sorpresa ‘Cámera café’, formato que en los próximos meses rodará una película protagonizada y producida por Arturo Valls. E incluso ha vuelto a la primera línea ‘Escenas de matrimonio’, rescatada en las madrugadas de Telecinco con reposiciones.
En los próximos meses quizás también veamos la vuelta, en formato cine, del equipo que puso en pie ‘La hora chanante’. Y es que Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla están escribiendo una película que quizás cristalice tras el verano.