Es normal que para desarrollar su trabajo los autónomos se tengan que desplazar en su propio vehículo y está claro que esto implica una serie de gastos. Sin embargo, no todos los que están relacionados con el coche y su mantenimiento se pueden desgravar. Esto es fundamental tenerlo en cuenta, ya que muchos autónomos creen que es posible desgravarse tanto la compra del vehículo como los gastos asociados al mismo y esto no siempre es así.
Las gastos del coche están entre esos gastos difícilmente desgravables que pueden dar problemas a la hora de una posible inspección de Hacienda. Para evitar disgustos en el futuro es mejor tener claro desde ya qué gastos se pueden deducir y cuales no.
6¿Qué gastos se pueden deducir del IRPF?
Estas desgravaciones solo son aplicables si el coche está afecto al 100% a la actividad del autónomo. En este caso es posible desgravar los gastos señalados anteriormente, desde los relacionados directamente con la compra del vehículo, a los gastos de aparcamiento y garaje, pasando por el combustible, la ITV y las reparaciones.
Se suma además el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, también conocido como impuesto de circulación, e incluso el seguro del coche. Eso sí, estos gastos deben estar correctamente reflejados en la contabilidad para que la deducción sea legal y la Agencia Tributaria no pueda poner objeciones.