En los últimos años, la banca ha recuperado buena parte de la confianza perdida con la crisis financiera de 2008, pero ahora, en mitad de esta crisis provocada por el covid-19, el sector vuelve encontrarse en el ojo del huracán. Los primeros problemas llegaron con la moratoria de hipotecas y créditos personales, los segundos con los créditos ICO.
La moratoria hipotecaria es una de las medidas estrella del Gobierno para aliviar la carga financiera de las familias. Pero hay que cumplir todos los requisitos para poder disfrutarla, y son bastantes. Según un informe elaborado por Asufin, un 75% de los afectados cumple alguna de las condiciones, pero no todas. De manera que esta medida dejaría fuera al 90% de las solicitudes. Es aquí donde entra en juego la banca, ofreciendo sus propias alternativas.
LOS APLAZAMIENTOS DE LA BANCA
Las patronales de bancos y cajas anunciaron su propio aplazamiento de hipotecas y préstamos personales de consumo mediante un préstamo personal, una modificación del préstamo hipotecario u otra fórmula financieramente equivalente. El problema llegó cuando los interesados descubrieron los intereses de estos préstamos y los productos vinculados.
Asufin volvió a la carga, manifestando su “más profunda decepción”. Porque cualquiera de estas opciones supone más deuda para las familias que verán cómo, una vez acabado el aplazamiento, tendrán que pagar la cuota completa de la hipoteca, más el préstamo.
Tras esto, la banca trasladó a esta asociación que los aplazamientos de hipotecas y préstamos no tendrán intereses, sino que se articulará como un préstamo personal a meros efectos contables. La asociación valoró positivamente la acción, pero advirtió que se mantendría vigilante ante cualquier práctica irresponsable.
EL LÍO DE LOS CRÉDITOS ICO
Los créditos avalados por el Estado a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) están disponibles desde este lunes 6 de abril, pero también estos han traído cola. Las asociaciones de pymes y autónomos denuncian prácticas abusivas por parte de las entidades financieras en la tramitación y concesión de estos créditos.
Por una parte, aseguran que han dejado fuera a varios colectivos de la actividad económica. Por otra, que algunas de las condiciones que les han ofrecido son la venta cruzada de otros productos financieros (como la contratación obligatoria de seguros de vida), el recorte del año de carencia para la devolución del crédito establecido por el Gobierno y la aplicación de intereses de hasta el 5%.
También denuncian que las entidades están contactando con sus clientes preferentes para ofrecerles financiación, es decir dan prioridad a los clientes que menos riesgo financiero tienen, pero estos son precisamente los que menos necesitan esta financiación.
En medio de todo este jaleo aparece el Banco de España advirtiendo que revisará que las entidades financieras cumplen la normativa y las buenas prácticas bancarias en la comercialización de los avales del ICO.
¿QUÉ DICEN LOS BANCOS?
De los 100.000 millones que facilitará el Gobierno, este lunes se pusieron encima de la mesa los primeros 20.000 millones de euros, que por cierto ya se han agotado. Los grandes bancos del país tenían casi la mitad de este presupuesto. Y MERCA2 les ha preguntado sobre la polémica generada estos días.
En este sentido, desde BBVA explican que las suyas se agotaron tras los dos primeros días de comercialización. Están dirigidos a empresas y autónomos con sede social en España, de todos los sectores de actividad, y tiene por objetivo “exclusivamente” atender necesidades de financiación, sin ningún otro producto vinculado.
El Banco Santander se muestra rotundo, sobre la venta cruzada, la orden del banco a la red es “que no se vendan productos en las operaciones ICO”. Por su parte, CaixaBank informa que están alineados con la opinión de la CECA y AEB, que consideran «inaceptable» vincular productos a los créditos ICO.
El Banco Sabadell detalla que la demanda de crédito ICO ha superado “claramente” lo ofrecido (tienen 2.100 de los 20.000 millones de euros) por lo que esperan “que se amplíe rápidamente”. Aunque no han comentado nada respecto a la polémica.
Desde Bankia, señalan que nunca han hecho venta cruzada “ni lo van a hacer”, tampoco han aprovechado para subir los intereses. A ellos les ha tocado repartir 1.500 millones y si hay empresas que se han quedado fuera es porque no pueden salirse de ese presupuesto. La entidad destaca que han analizado caso por caso “el de clientes y no clientes” y están haciendo un esfuerzo porque han dado crédito a empresas que están cerradas y sin ingresos, algo “impensable” unos meses atrás.
Pero entienden que el problema de la banca es la reputación y las cosas negativas “pesan”. Consideran que es el momento de “estar a la altura” porque hay mucho compromiso. De hecho, el sector está “más alineado que nunca” y no puede salir mal, “lo importante es que haya crédito y que no se pare”, concluyen.