Hay figuras del Derecho Laboral que siempre han estado ahí pero han pasado desapercibidas para una gran parte de la población, como ocurre con el ERTE. Esta modalidad de suspensión del contrato de trabajo y ajuste de la jornada laboral lleva muchos años regulada, pero de unas semanas a esta parte se han hecho muy popular.
Si cualquier empleado que ha pasado o va a pasar por esta situación tiene cientos de dudas, estas se multiplican si se trata de alguien que está vinculado a la empresa a través de un contrato temporal que va a llegar a su fin durante la vigencia del ERTE. ¿Qué pasa entonces con los contratos temporales? ¿Se renuevan o se dan por finalizados? Vamos a verlo con más detalle.
2Diferentes contratos pero iguales derechos
Aunque en España siempre se ha hecho una gran diferenciación entre contratos temporales e indefinidos, lo cierto es que los derechos de los trabajadores son iguales en todo caso. Lo único que cambia es la indemnización por despido. En un contrato indefinido se abonan 20 días de salario por año trabajado y en el caso del contrato temporal lo que se paga son 12 días de salario por año trabajado.
En condiciones normales, si un contrato de trabajo finaliza durante el ERTE es la empresa la que debe decidir qué quiere hacer. Si bien es cierto que lo más fácil en estos casos es optar por no renovar el contrato, salvo que se hubiera pactado lo contrario antes de aplicarse el Expediente de Regulación Temporal del Empleo.
Si se opta por dar fin al contrato el trabajador afectado tiene derecho a percibir una prestación pública de desempleo siempre y cuando tenga cubierta la carencia necesaria. Por lo tanto, la finalización de un contrato temporal o su renovación durante un ERTE no es diferente de cómo se lleva a cabo en una situación de normalidad en la empresa.