Hay figuras del Derecho Laboral que siempre han estado ahí pero han pasado desapercibidas para una gran parte de la población, como ocurre con el ERTE. Esta modalidad de suspensión del contrato de trabajo y ajuste de la jornada laboral lleva muchos años regulada, pero de unas semanas a esta parte se han hecho muy popular.
Si cualquier empleado que ha pasado o va a pasar por esta situación tiene cientos de dudas, estas se multiplican si se trata de alguien que está vinculado a la empresa a través de un contrato temporal que va a llegar a su fin durante la vigencia del ERTE. ¿Qué pasa entonces con los contratos temporales? ¿Se renuevan o se dan por finalizados? Vamos a verlo con más detalle.
1¿Qué implica exactamente un ERTE?
ERTE es el acrónimo de Expediente de Regulación Temporal del Empleo y en realidad tiene dos modalidades. La que más se está usando debido a la crisis del coronarivus es la suspensión del contrato de trabajo. De forma que el trabajador pasa a cobrar una prestación pública y el empresario se ahorra una gran parte de las cotizaciones a la Seguridad Social e incluso el 100% en algunos casos.
Pero el ERTE también tiene otra modalidad, que implica un ajuste en la jornada de trabajo. Así, un trabajador con contrato a jornada completa puede pasar temporalmente a desarrollar una jornada parcial, con el consiguiente ajuste de salario. Pero no pierde poder adquisitivo, puesto que la parte correspondiente a la jornada que ya no está trabajando se la abona el SEPE.