La declaración de la renta es ese informe anual que la mayoría de los españoles debemos realizar para que se sepan nuestros ingresos. Aunque no todos debemos hacerla, sí que es cierto que la mayoría de trabajadores en activo la tienen o han tenido que hacer alguna vez.
Las deducciones fiscales asociadas a la misma, permiten que la persona interesada pueda pagar menos cantidad en el Impuesto de las Personas Físicas o IRPF. Por ello, conocerlas nunca está de más por si podemos acogernos a alguna de ellas.
Estas también tienen gran utilidad para aprender a calcular si la Renta nos saldrá o no beneficiosa. Por tanto, es bueno saber más de ellas y, sobre todo, si podemos hacer algo para rebajar ese pago anual. Descubre las deducciones fiscales que afectan de forma directa a tu declaración de la renta.
3Rebaja en la declaración de la renta de los autónomos
En el caso de los autónomos, también existen algunas deducciones que debemos tener en cuenta a la hora de presentar la declaración de la renta. El punto principal es todo su material de trabajo, como, por ejemplo, el de oficina. Un ordenador es considerado como elemento de trabajo dependiendo del sector, así como los artículos de papelería y oficina que los autónomos deben adquirir por su cuenta. Todo ello es desgravable.
Otros gastos a deducir serán las dietas en horario de trabajo y otro tipo de material utilizado como, por ejemplo, los programas informáticos. Hay muchos en los que hay que invertir una cantidad de dinero importante. Por ello, nunca está de más informarse e incluirlo para beneficiarnos de una deducción. Otro de los elementos susceptibles de deducción es, por ejemplo, la gasolina. Se podrá desgravar en un 50% si el vehículo se emplea para ir al trabajo o visitar clientes. En caso de ser uno de mercancías, se desgrava al 100%.
Si se trabaja para una empresa situada en el extranjero, el contribuyente estará exento de tributar hasta 60.100 euros siempre que existan algunas condiciones. Por ejemplo, que se haya aplicado un impuesto parecido al IRPF en el país donde se realice la labor; que este no sea un paraíso fiscal; y, sobre todo, que, en caso de desplazamiento por parte del trabajador, este sea de forma temporal.