sábado, 23 noviembre 2024

Las mejores mascarillas: dónde comprarlas y cómo usarlas

La mascarilla, ese bien escaso y preciado que antaño sólo cubría las caras de cirujanos y dentistas o adornaba a algunos turistas chinos que paseaban por las calles de Madrid, se ha convertido en el producto sanitario más demandado. Aunque las salidas están muy restringidas para los españoles en pleno confinamiento por el Estado de Alarma, las pocas visitas al exterior se hacen más llevaderas con la ayuda de una mascarilla para evitar el contagio del temido Covid-19. Y todo apunta a que estas mascarillas nos van a acompañar mucho tiempo, durante la crisis y en la transición hacia la normalización de la actividad. Tendremos que acostumbrarnos.

Sin embargo, y aunque todavía permanece abierto el debate entre la necesidad de que toda la población incorpore una mascarilla a su indumentaria o que sólo la utilicen las personas aquejadas por alguna enfermedad, lo cierto es que más temprano que tarde, bien por seguridad, bien por obligación, se exigirá a todos los ciudadanos emplear mascarilla para salir de casa.

La disparada compra de mascarillas durante meses ha dejado sin stock y con la oferta agotada al mercado en España y ni siquiera el intento de compra en el mercado internacional ha conseguido cubrir la elevada demanda. Además, como material sanitario preventivo se ha priorizado la asignación de mascarilla al personal de hospitales, farmacias, supermercados, y todos aquellos servicios esenciales cuya actividad, no sólo no descansa si no que se potencia estos días.

Así que, los más previsores que estén dispuestos a lanzarse a la busca y captura de las mascarillas pueden ir tomando nota de cuáles son las recomendadas por las autoridades, dónde encontrarlas y como utilizarlas.

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¿DÓNDE ENCONTRAR UNA MASCARILLA?

A estas alturas intentar adquirir una mascarilla en una farmacia es casi imposible. Habría que revisar cada caso pero, por lo general, lo que más abunda estos días es el cartel de «No tenemos mascarillas». De hecho, mucho antes de que la crisis se elevara a Estado de Alarma, las farmacias ya habían agotado existencias. Echar un vistazo en las farmacias del barrio aprovechando la breve salida a la compra no es mala idea, pero es probable que no se cumpla el objetivo con éxito.


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