Reducir al máximo la posibilidad de contagio del Covid-19 implica aislarse por completo. Algo así como cerrarse al vacío por mar y aire. Convertirse en un espacio hermético es posible en las islas, no así en territorio continental dónde las fronteras terrestres dejan resquicios. En tiempos de turismo cero, sólo quedan motivos para el blindaje. En Canarias lo saben y claman por ahondar en su insularidad. En esta vuelta de tuerca de la realidad derivada de la emergencia global, el peor inconveniente del archipiélago podría tornar ahora en su mayor ventaja contra el virus.
La idea es restringir los vuelos interinsulares actuales a cero durante un tiempo. La Consejería de Transportes del Gobierno regional ha estado trabajando en ello. La propuesta planteada al Ejecutivo central se centraba en limitar en todo lo posible el tráfico aéreo, tanto entre el archipiélago y la Península como también entre islas. Por lo pronto, se producen avances hacia el objetivo final, y a partir de este sábado se limitan a diez los vuelos permitidos entre islas por sentido y día mientras dure el estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus, según ha informado en un comunicado la Consejería de Transportes regional tras alcanzar un acuerdo con los cabildos insulares.
Según la nota, en una primera fase se pasaron de 398 vuelos diarios a tan solo 36, lo que supone una reducción del 90%. Con las nuevas medidas más restrictivas, se pasa a únicamente 20 vuelos diarios entre las islas, es decir, un 96% menos de los que volaban antes de decretarse el estado de alarma.
A lo largo de este proceso en pro de aislar al máximo a Canarias, el titular regional de Transportes, Sebastián Franquis, explicó que la mayor restricción del tráfico aéreo tiene un doble objetivo: por un lado, ajustar la oferta a la demanda, que se ha desplomado por las medidas de confinamiento a lo largo y ancho del continente; y, por otro, ir un paso más allá en la lucha contra el coronavirus. «Un esfuerzo más», enfatizó Franquis. Las nuevas medidas restrictivas para el transporte aéreo interinsular «persiguen salvaguardar la salud pública y mitigar la propagación del Covid-19 en el ámbito de nuestra comunidad autónoma”, ha abundado el consejero.
Respecto al tráfico aéreo con la Península, las operaciones se han reducido notablemente desde el inicio del estado de alarma: de un promedio de 115 rutas diarias de ida y vuelta con la Península, se ha pasado a apenas 17 rutas, según recoge El Día-La Opinión de Tenerife. En cualquier caso, desde la Consejería todavía ven margen para reducir aún más el número de operaciones.
TRANSPORTE MARÍTIMO: OBJETIVO CERO
Naviera Armas, que lidera las operaciones en las islas con el abastecimiento en los destinos insulares, mantiene tres conexiones semanales entre las islas y Cádiz, dentro del marco legal impuesto por esta situación excepcional, según recoge El Economista.
Cumpliendo en todo momento la normativa impuesta por las autoridades competentes, la naviera propietaria de Trasmediterránea transportará solo mercancías en sus rutas entre la Península y Canarias debido a la restricción al tráfico de pasajeros en las conexiones con destino a las islas, decretada por el Gobierno central en su alerta.
Las conexiones interinsulares canarias por barco han quedado reducidas también y los pasajeros que empleen estos servicios justificarán la necesidad inaplazable de realización del viaje mediante una declaración responsable. A medida que pasan los días, el tráfico de pasajeros en la empresa que preside el lanzaroteño Antonio Armas ha bajado prácticamente a cero.
8.000 ERTES EN CANARIAS TRAS EL ESTADO DE ALARMA
Aunque las cifras están desbocadas y se disparan por día, las actualizaciones por parte del Ejecutivo canario se realizan semanalmente y se publican en lunes. Pese a la consigna del ‘informe semanal’, la cifra de ERTES presentados la actualizó el viceconsejero de Empleo, por sorpresa, en un programa de la televisión canaria este jueves: “se han presentado 8.000 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo”, aunque no cuantificó el número de trabajadores afectados.
El valor de las cifras en tiempos de pandemia es muy limitado. La evolución es tan rápida y los efectos se perciben a tal velocidad que podríamos hablar incluso de una nueva obsolescencia sobrevenida a las cifras, debido a su reducidísima vigencia. De hecho, el lunes 21 de marzo, los datos facilitados por la Consejería de Economía hablaban de 3.000 solicitudes de ERTE.
LOS SÍNTOMAS PREVIOS DE DESACELERACIÓN
La economía canaria venía mostrando síntomas de desaceleración antes de la irrupción del Covid-19. Hasta febrero se registraron tasas de crecimiento positivas, aunque la tendencia apuntaba a que iban a ser cada vez más moderadas y que se situarían por debajo de la media nacional. Los efectos económicos de la pandemia en España se podrían resumir en el estado de alarma decretado por el Gobierno el pasado 14 de marzo, que se ha traducido en limitaciones a la movilidad, restricciones a la actividad productiva y controles fronterizos, en otras palabras, una paralización de la actividad económica sin precedentes.
El confinamiento de la población en España, en la mayoría de Europa y prácticamente en el resto del mundo, ha dejado al archipiélago canario más aislado y estanco a nivel turístico que nunca. Canarias registra, por primera vez en su historia, turismo cero. Un aislamiento inédito en el archipiélago que, por otra parte, puede resultar de enorme efectividad contra la propagación de la pandemia. Los sectores más expuestos en términos económicos como el turismo, el transporte y el comercio, se llevan la peor parte, pero por extensión todo el entramado productivo al completo queda dañado.
En Canarias la actividad turística representa el 23,2% del PIB regional y el 29,1% del empleo, sólo en actividades directas como son hoteles, restaurantes, agencias de viajes, empresas de alquiler de vehículos, transporte de pasajeros y ocio complementario. Si incorporamos los efectos indirectos de otras actividades que también están vinculadas al turismo, los porcentajes anteriores se elevan hasta el 35% del PIB y el 40,4% del empleo total generado en las islas, según recoge el Informe Mensual de Coyuntura Socioeconómica de la Confederación Canaria de Empresarios, de febrero de 2020.