El pago de impuestos no es trago de buen gusto para nadie, pero para los autónomos mucho menos. Estos profesionales soportan una gran carga fiscal, y no es solo la cantidad de impuestos que hay que pagar, es que hay que estar continuamente pendiente de las obligaciones con Hacienda para que no se pasen los plazos y evitar así posibles sanciones.
Entre liquidaciones trimestrales de IVA, de IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social, un autónomo se encuentra con que si quiere ganar al mes unos 1.000 euros limpios debe facturar una cantidad que esté por encima de los 3.000 euros. Algo que, desde luego, no está al alcance de todos los profesionales.
1¿Son los impuestos los responsables de las bajas en el RETA?
Un autónomo puede decidir darse de baja en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos por muchos motivos, pero el más habitual de todos ellos es que su negocio no sea lo suficientemente rentable. Lo curioso es que nos encontramos con profesionales cuya actividad genera dinero, pero que no pueden subsistir porque después de pagar impuestos y cotizaciones apenas les queda nada para ellos.
Recientes estudios han demostrado que existe una estrecha relación entre la alta presión impositiva que sufre el autónomo y las bajas en el RETA. Y, por si esto fuera poco, el elevado coste de las cotizaciones a la Seguridad Social también se posiciona como una de las principales causas que llevan a que descienda el número de autónomos.