El coronavirus centra ahora la atención mundial. Los estragos que ha causado desde su eclosión en Wuhan son enormes. El Covid-19 se ha expandido con fuerza por todo los territorios. España es uno de los países más afectados con más de 60.000 personas contagiadas y con más de 5.000 fallecidos hasta la fecha. Nadie habla ahora de otro cosa que no sea esta pandemia mundial, definida así por la Organización Mundial de la Salud. Pero sí hay un sector que ha asumido protagonismo en esta crisis son los supermercados. Y entre ellos se encuentra Lidl.
Empleados expuestos al contagio (como en otros servicios de urgencia) para servir alimentos a sus clientes. Los supermercados como Lidl han establecido nuevas reglas, restricciones y protocolos para reducir al máximo la posibilidad de contagiarse de coronavirus. El temor al desabastecimiento creó largas colas en el inicio de esta crisis, que se acrecentó tras decretarse el Estado de alarma. Sin embargo, con el transcurso de los días, el nivel de afluencia ha descendido. Sin embargo, Lidl ahora sufre el boicot de parte de sus clientes. Y eso que es un referente en la lucha contra el coronavirus y ha dado ejemplo con sus medidas. El primer motivo de ese rechazo es político.
4LAS AGLOMERACIONES
El aforo está controlado, pero las afueras no. Este mismo lunes las inmediaciones de muchas tiendas de Mercadona lo dejaban claro: la gente sale en masa a comprar. Y eso produce colapsos en la entrada al parking o larga colas en las aceras. Dónde, por cierto, se ve a gente muy mayor y personas que entran en contacto con la barandilla y otros utensilios potencialmente peligrosos. Y eso hay muchas personas que no lo entienden. Lo normal es culpar a las personas que hacen la compra todos los días, pero lo cierto es que supermercados como Lidl han salido dañados de algunas imágenes.