El sector de la distribución se ha convertido en uno de los servicios esenciales para mantener el confinamiento, y todos sus trabajadores se han convertido en la columna vertebral en la lucha contra el coronavirus. Si en otros tiempos los dábamos por sentado, hoy somos conscientes de la gran importancia que tienen, y lo imprescindibles que son incluso para nuestra supervivencia. Mucha gente se dio cuenta de ello y en los primeros momentos de pánico, los ciudadanos acudieron en masa a proveerse de todos los productos que consideraban básicos para su bienestar durante la cuarentena obligatoria. La mayoría de las cadenas de supermercados, incluyendo Lidl, se vieron colapsadas por una gran afluencia de público aunque fue Mercadona la preferida por los clientes, que dejaron, durante varios días consecutivos, muchas estanterías vacías.
3MÁS ‘STOCK’ EN LIDL
En los primeros días, las compras se hicieron en un estado de pánico, porque la población no tenía claro que tipo de confinamiento se iba a decretar o si se iban a cerrar todos los comercios. La difusión de imágenes de estanterías vacías y carros a rebosar, arrastró aún a más personas a hacer compras exageradas, y en medio de esta locura, los reponedores y transportistas fueron incapaces de mantener el stock. Ahora que todos hemos comprobado que el abastecimiento está asegurado, el ambiente es más tranquilo, pero se siguen llenando las cestas con la intención de espaciar todo lo posible las visitas al supermercado. En Lidl, al haber menos gente, los empleados tienen más margen para reponer todos los artículos que se van agotando, por lo que las estanterías están siempre llenas.