La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha advertido del riesgo de cerrar los cuatro grupos nucleares previstos de aquí a 2030, si no se cumple con el ritmo de entrada de generación renovable en el ‘mix’ eléctrico y no se alcanzan los objetivos de interconexiones con los países vecinos.
El estudio desarrollado por Fedea analiza y valora el borrador actualizado del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030. El análisis considera que si la entrada de generación renovable no se produce con la «exigencia» prevista en el escenario objetivo, o no se cumplen otros supuestos como la ampliación de las interconexiones con Francia, «habrá que valorar detenidamente el efecto del cierre del parque nuclear sobre la seguridad de suministro y sobre las emisiones».
En el caso de las interconexiones, Fedea ve casi imposible que se alcance el objetivo de 8 gigavatios (GW) previsto para 2030, y no estima más que una capacidad con Francia en ese horizonte de 5 GW, ya que tan solo estará disponible la interconexión del Golfo de Vizcaya, y no así la de los Pirineos (3.000 MW).
Además, subraya que el cierre de grupos nucleares conllevará también un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, «que será tanto mayor al contemplado cuanto menor sea la entrada de potencia renovable respecto al escenario objetivo y el acompañamiento del almacenamiento no se produzca en la cuantía que se espera».
La ‘hoja de ruta’ en Energía y Clima del Gobierno a 2030 asume el cierre de cuatro grupos nucleares (los dos de Almaraz y los dos de Ascó), de los siete existentes, a finales de 2030. Por su parte, las otras tres centrales nucleares -Cofrentes, Vandellós II y Trillo- cerrarían entre 2033 y 2035, según el acuerdo de protocolo para el cierre de estas centrales suscrito a principios del año pasado.
SUBASTAS EN LAS ACTUALES CONDICIONES
En lo que respecta al fomento de las subastas para impulsar la entrada de renovables, el estudio cuestiona su necesidad en las condiciones actuales, con unos precios de mercado «claramente superiores a los costes medios» de las principales fuentes de energía ‘verde’, que están actualmente entre las más eficientes.
Por ello, Fedea defiende que el diseño previsto de estas subastas, con «un cupo cerrado y un diseño rígido», podría tener efectos colaterales «indeseados», desincentivando la entrada en condiciones de mercado.
De esta manera, ve necesario dirigir los esfuerzos en esta materia a definir con claridad las normas de acceso y conexión a la red para evitar un posible cuello de botella regulatorio ante el enorme volumen de solicitudes de permisos de acceso y conexión para nuevas instalaciones de generación renovable que se están recibiendo en la actualidad.
EL SECTOR TRANSPORTE, PRINCIPAL DIFICULTAD
No obstante, el autor del informe, Diego Rodríguez, que valora positivamente la ambición del PNIEC, considera que las principales dificultades para alcanzar los objetivos del plan no provendrán del cambio perseguido en el ‘mix’ de generación eléctrico, aún siendo este «muy exigente», sino del improbable cumplimiento de algunas previsiones clave sobre la evolución del sector del transporte que tienen que ver con la intensidad del cambio modal, desde el transporte privado hacia el público y con el ritmo de electrificación del parque de vehículos.
En este sentido, cuestiona el realismo de las previsiones del PNIEC sobre la intensidad del cambio modal tanto en el transporte de personas como de mercancías, así como sobre la evolución del parque de vehículos eléctricos, con una penetración que estima «muy alta y poco realista» de 5 millones a 2030.
Para estimular la adopción de estos coches eléctricos, Fedea cree que deben priorizarse las políticas de oferta y de desarrollo de puntos de recarga sobre las subvenciones a la adquisición de vehículos eléctricos.
Además, subraya que el plan prevé reducciones muy acusadas del uso del transporte individual en beneficio del transporte público y un cambio significativo hacia el ferrocarril en lo que respecta al transporte de mercancías, objetivos que serían muy deseables en términos de descarbonización pero parecen «difíciles de alcanzar».