Para los autónomos no siempre resulta sencillo estar al día en cuanto a sus obligaciones tributarias. Dado que llevan a cabo una actividad económica lo lógico es que tengan que pagar a Hacienda una parte de sus ganancias, pero también asumen una serie de gastos. Por eso, se ha establecido un sistema que intenta ser justo y equitativo y permite al profesional deducirse algunos de los gastos que tiene a consecuencia de su trabajo.
Sin embargo, siguen existiendo muchas dudas sobre lo que un autónomo puede y lo que no puede deducirse. Es hora de despejar las incógnitas con respecto a este tema, así que en este artículo vamos a repasar algunas de las deducciones más habituales, esas que puedes aplicar en tu declaración trimestral del IRPF con total tranquilidad.
4Seguridad Social y autónomos
Todos los autónomos cotizan una cuantía determinada que viene fijada por la base de cotización que ellos mismos hayan elegido y que incluso pueden cambiar. En cualquier caso, España es uno de los países europeos con la cotización más alta para los autónomos, lo que implica que en muchos casos afrontar este gasto mensual supone un verdadero esfuerzo, especialmente en tiempos de dificultad económica.
El lado positivo de esto es que es un gasto desgravable. Para aquellos que ya han terminado de beneficiarse de la tarifa plana la cuota mínima mensual está por encima de los 280 euros. Aunque puede ser una cantidad difícil de afrontar, piensa que por lo menos te la vas a poder descontar a la hora de declarar tus ganancias, lo que te ayudará a ahorrar en el pago del IRPF.