El estado de alarma decretado por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus a hecho que España se encuentre en una situación sin precedentes y que ha provocado momentos de pánico colectivo y escenas insólitas. Se ha anunciado en repetidas ocasiones, por parte del Gobierno y las empresas del sector, el suministro de alimentos en los supermercados está asegurado. A pesar de todo, siguen circulando bulos sobre posibles cierres y la gente sigue haciendo largas colas para hacer compras masivas con las que aprovisionarse durante semanas. Para evitar aglomeraciones y exposiciones innecesarias la gente ha decidido recurrir a la compra online como alternativa para mantener la cuarentena y la única opción para personas que no pueden salir de casa por motivos de salud. Sin embargo, el servicio online también está presentando serios problemas por lo que hacer la compra se está convirtiendo en una misión complicada.
Por otra parte, los supermercados han hecho cambios en los horarios además de adoptar algunas medidas especiales, con el propósito de contribuir a prevenir los contagios por coronavirus en unos espacios tan transitados. Los horarios de apertura se han reducido una o dos horas y han establecido un aforo limitado, por lo que en algunos casos, dependiendo de la zona, el horario y la afluencia, los clientes deben esperar en la puerta para entrar en grupos pequeños. También se has establecido normas para mantener la distancia mínima de un metro, especialmente en las cajas. Algunos supermercados están dando prioridad a las personas mayores, destinando cajas exclusivas para ellos, donde tienen menos tiempo de espera y reciben ayuda para embolsar. Cuanto menos tiempo estén fuera de sus casas, menor será el riesgo de contagio.
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Esta es la queja común hacia todos los supermercados, a pesar de los llamamientos a la calma de las empresas, que invitan a los clientes a comprar lo necesario y a racionalizar el miedo. Sin embargo la psicosis colectiva sigue arrastrando a los ciudadanos a acudir en masa para hacer compras masivas. Una demanda desmedida que sobrepasa a los empleados encargados de los suministros y a los reponedores de los productos.