Probablemente hayas olvidado en alguna ocasión un tetrabrik de leche abierto y fuera del frigorífico, o un zumo sin tapar. Un despiste lo puede tener cualquiera, sobre todo cuando se piensa que las consecuencias por tener estas bebidas fuera de la nevera son insignificantes. Lo más probable es que al descubrir tu error, vuelvas a refrigerar el producto, gran error.
Según la vocal de la Sociedad Española de Seguridad y Calidad Alimentarias, que el hecho de que una bebida abierta a temperatura abierta no se estropee, depende de sus características fisicoquímicas y microbiológicas, además del tratamiento térmico al que ha sido sometida. Aunque las hay que pueden pasar días fuera de la nevera sin problemas, otras en cambio, pueden llegar a suponer un peligro.
3Bebidas como la cerveza, sidra, vino y licores de alta graduación
El vino, la sidra o la cerveza también son bebidas fermentadas, pero las consecuencias de dejarlas olvidadas, ya sea en una lata abierta o una botella a medias, en la mesa o en un lugar fuera del frigorífico, no es lo mismo que si lo haces con una bebida probiótica.
Según Rosa María Urdiales, vocal de la Sociedad Española de Seguridad y Calidad Alimentarias, “Este tipo de productos tienen un componente alcohólico importante que hace de conservante y protege de los microorganismos, por lo que se echará a perder muy lentamente”. En el caso de la sidra y la cerveza, lo primero que sucederá será la pérdida del gas.
Por ello, consumir o no estas bebidas que no han sido guardadas correctamente en el frigorífico es una cuestión de gustos, y no de seguridad alimentaria. La experta recuerda que donde más se notará el deterioro es en el sabor, destacando el vino, el cual se volverá agrio. En lo que respecta a los licores de alta graduación, se recuerda que aunque se puedan guardar en lugares frescos, fuera del frigorífico, si no están tapados y se somete a temperaturas elevadas, el alcohol se evaporará poco a poco.